A 29 años del terremoto en la ciudad de México

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Mexico DF.- Trabajadores de PEMEX de todas las secciones petroleras viajaron para estar en el rescate de victimas.

La vida cotidiana de la ciudad más grande del mundo cambio totalmente después de ese fatídico día.

Lázaro Cruz García

Muchos de los que fuimos testigos de aquella mañana del 19 de septiembre de 1985 podemos calificar este acontecimiento como un parteaguas en la vida cotidiana de la capital del país.

Eran las 7:19 de la mañana, con 21 años de edad me disponía a salir rumbo al despacho contable donde laboraba en la calle Durango de la colonia Roma, apenas me vestía; cuando sentí la fuerte sacudida… fueron minutos interminables de lo que sería el peor terremoto de la historia en la capital del país 8.1 grados en la escala de Richter, con epicentro frente a las costas de Michoacán..

En el cuarto de azotea que rentábamos con mi hermano Herminio a la salida del metro Panteones pudimos divisar a lo lejos el movimiento de la torre de PEMEX y algunos otros edificios, posterior a eso una intensa nube de polvo cubría la ciudad; y de ahí un silencio extraño y desolador envolvió el entorno… minutos más tarde se comenzaron a escuchar  el ulular de las sirenas de los cuerpos de rescate que iban camino a prestar auxilio a los sobrevivientes de esta catástrofe.

Recuerdo muy bien que el servicio del metro de suspendió, por lo que con mi amigo Martín decidimos tomar un taxi que tomó vías alternas para llegar a la colonia Roma, era increíble creer lo que sucedía: fue precisamente la colonia Roma una de las más afectadas en cuanto al derrumbe de casas y edificios…no podíamos creer entre más avanzábamos al corazón de esta colonia nuestros ojos podían observar edificios caídos, autos aplastados y gente corriendo de un lado a otro por las calles, era un verdadero caos; ver gente aplastada y algunos sobrevivientes bajo los escombros.

Eran evidente las fallas en la comunicación, en el fluido eléctrico y hasta en el auxilio ante la falta de respuesta por parte de las instancias de gobierno.

La catástrofe no termina ahí, cuando al otro día a las 19:37 de la tarde una réplica de 7.5 grados en la escala de Richter volvió a cimbrar los cimientos de la ciudad más grande del mundo volviendo a desmoronar otras construcciones que habían quedado de pie ante la fuerza de la naturaleza que al final también sucumbieron.

De esta enorme catástrofe surgieron muchos héroes anónimos que sin importar el peligro de manera voluntaria buscaban entre los escombros miles de sobrevivientes atrapados, como no recordar el hotel Regis, los edificios de la Unidad Tlatelolco, el edificio de Televisa Chapultepec, el hotel Continental, las fábricas de ropa en San Antonio Abad y Tlalpan, el Hospital General de México, el Centro Médico Nacional

Hospital Juárez; donde recién nacidos fueron rescatados hasta 7 días después), el conjunto Pino Suarez, presente tengo una escuela secundaria cuyo nombre no recuerdo y que se derrumbó aplastando decenas de estudiantes cuyos cuerpos se miraban a distancia: nos tocó ver trabajar el grupo de rescatistas llamados los topos que aun sobre viven y han viajado a otros países donde se presentan estos fenómenos, vimos a miles de voluntarios entre los escombros rescatando cuerpos y heridos, también es digno de mencionar la ayuda humanitaria que llegó de todos lados inclusive del exterior.

La ayuda institucional fluyo de todas las dependencias de gobierno y trabajadores de PEMEX  de la sección 16 de esta villa también estuvieron y por mencionar a algunos Vicente Rodríguez Cruz, Julián Linares Reyes, Daniel Mendoza Jackson entre muchos que iban en cuadrillas y quienes trabajaron en los edificios que se derrumbaron en el centro de la ciudad.

Así de esta manera podemos relatar parte de lo que sucedió y nos tocó vivir aquel 19 y 20 septiembre de 1985, que concientizo al entonces presidente de la republica Miguel de La Madrid Hurtado quien dejó el legado de la cultura de la prevención creando el Centro Nacional Para La Prevención de Desastres (CENAPRED)  el 20 de Septiembre de 1988.

Un año después comenzó el desarrollo de la alerta sísmica, implementada en 1991.

Simulacros por decreto en todo el país en el marco del “Día Nacional De Protección Civil” cada 19 de Septiembre lo que hace tomar mayor conciencia sobre el riesgo sísmico en todo el país.

Muchos sobrevivientes son testigos y solo recordaran aquel tremendo olor a gas y días posteriores el nauseabundo olor a muerte, que invadió la ciudad de México y que a 29 años aún no podemos olvidar… y solo decir ninguna de las enseñanzas vividas tendrán vigencia si no asumimos nuestra responsabilidad como ciudadanos y si las autoridades no aplican las normas de construcción para nuestras localidades entonces pagaremos el precio por no cumplir la ley.

 

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