El desorden en la Fiscalía General del Estado (FGE), provocó que los restos del esposo de Minerva Espinosa Ramos, fueran entregados a otra familia que busca a un desaparecido.

En entrevista, la mujer señaló que el laboratorio particular que trabajará con la FGE para la identificación de cuerpos en manos de Servicios Periciales, le han ofrecido un equipo de Francia para que analice las cenizas de quien fuera su esposo, Guillermo Quijano Marín.

Los restos de su pareja fueron incinerados por la otra familia que los recibió; ahora la empresa ADN México analizará lo que queda, para confirmar que se tratan de los restos de Quijano Marín, quien fue secuestrado en 2012.

La mujer relató que el desorden de Servicios Periciales data desde el 2012, cuando pasó por esta dependencia Amadeo Flores Espinosa, entonces Procurador General de Justicia.

“Sucede que teniendo aquí una muestra de esternón de mi esposo, entregaron el cuerpo a otra familia sin haberle hecho el ADN”, recriminó.

Espinosa Ramos dijo que tuvo que intervenir la Procuraduría General de la República (PGR), y con sus indagatorias se pudo localizar el cuerpo de su difunto esposo “y fue entregado a otra familia por autoridades de la Fiscalía en aquel entonces”.

Dijo que con descuidos como este, la incertidumbre de los colectivos ha incrementado, por lo que fue necesario solicitar apoyo a organizaciones ajenas a las autoridades de Veracruz.

Explicó que el desorden en la FGE es generalizado, no solamente en Servicios Periciales.

Reclamó que en su caso particular, los jueces de control no saben la manera en la que deben proceder y han obstruido las investigaciones para dar con los responsables del secuestro y asesinato de su esposo, cinco años después.

Al acudir a la Dirección General de Servicios Periciales de Xalapa, relató que Guillermo fue secuestrado y asesinado en Tlapacoyan, en 2012, pero luego de hallar su cuerpo la FGE lo entregó a otra familia.

La mujer dijo que serán las autoridades judiciales las que definan las sanciones de los servidores públicos implicados en este hecho.

“Hemos estado con Roberto Campa y se hicieron esos señalamientos, a mí no me tocaría decidir, sencillamente ahí está la investigación”, dijo.

Minerva Espinosa se posicionó también por regular a las empresas telefónicas, pues la venta de equipos de comunicación y sus accesorios, no contempla un control respecto a quiénes son las personas que lo adquieren, dónde viven, y qué hacen.

A eso se suma, indicó, acciones irresponsables de las compañías como el no respaldar la sábana de llamadas desde que el equipo es adquirido.

“Ahí hay una vía, una puerta que no se ha cerrado”, recriminó.?