Por El Bicho Politicón
Resulta que tuve una conversación muy interesante con un amigo que vive allende las fronteras, la plática versó básicamente sobre los gobiernos corruptos y cómo se comportan los cleptómanos una vez capturados. Tomamos el ejemplo emblemático de Javier “N”, pero no es el único.
Me contó que el expresidente de Guatemala, Otto Pérez, recluido en una cárcel militar por corrupción, se la pasa de lo mejor, ya que cuenta con todos los servicios de un hotel de cinco estrellas, eso es lo que pasa con la gente corrupta, el cinismo con el que se comportan es ofensivo.
No veo en los tres órdenes de gobierno el ánimo de que la corrupción se acabe, no veo en los congresos la intención de hacer leyes anticorrupción, no veo a los jueces o ministerios públicos haciendo su trabajo para encarcelar a los corruptos, este país se nos está yendo de las manos, se nos cae a pedazos.
Los corruptos creen que pueden vivir en sus islas donde otros corruptos no tienen cabida, los corruptos creen que la gente, aunque esté harta, no va a hacer nada contra ellos, los corruptos se creen dueños del país y les vale madre que la pobreza, la delincuencia o la falta de empleos se lleve entre las patas a millones de personas.
Por eso, aquí le propongo un cambio, si desde el gobierno no tenemos el apoyo necesario para salir adelante, juntemos voluntades para que, entre todos, exijamos mejores gobernantes pero también, exijamos mejores ciudadanos, cuidémonos, pero también cuidemos el ambiente, cuidemos a los animales, salgamos a barrer nuestro frente de banqueta, saludemos al vecino.
Los cambios los podemos impulsar desde abajo, sé que es difícil más no es imposible, hagamos de nuestro entorno un mejor lugar. La vida, al final nos va a premiar con más y mejores oportunidades.
Pues eso.
