Por El Bicho Politicón
El gasto público es sintomático de cómo va el gobierno en turno, si usted recuerda bien, en los primeros tres años del gobierno de Omar Ricárdez, la industria de la construcción no vio obras que valieran la pena, pero si nos atenemos a lo reportado al Órgano Fiscalizador reporta 37 obras en el año de 2015, para 2016 están reportadas 48 obras y para el cierre de su gobierno reporta 55.
Más allá del reporte a la alza, lo importante aquí es el hecho de que al menos el 50 % de dichas “obras” solo existen en el papel y en la mente del munícipe, ya que no se realizaron o su duración fue efímera, como es el caso del asfaltado de la colonia Agraria que solo duró unos cuantos meses.
Cabe hacer la pregunta: ¿qué hizo el alcalde con los dineros asignados a dichos proyectos? Ya que los datos son tomados directamente de la página del ORFIS y que el propio municipio reporta, ¿pensará que nadie revisa las cuentas?
Pues este “Bicho” se ha tomado atribuciones de fiscalizador de los dineros de todos y pide cuentas, ya que lo reportado cuando es contrastado con la realidad hay muchas discrepancias, ¿quién es el responsable en el ORFIS de revisar las cuentas? Ahí hay un problema grave de opacidad por parte del municipio, pero también del órgano encargado de la revisión de cuentas.
Qué decir de la construcción del centro de salud, donde hay un gasto de más de cinco millones de pesos en una obra que en el papel ya está operativa, pero que todos sabemos que no ha sido terminada.
Ciertamente este municipio necesita de muchas obras para que la economía municipal se mueva, pero con este gobierno lo único que se mueve es la corrupción y la extensión de esta, el partido que mueve los hilos de la podredumbre municipal: el PRI.
Pues eso.
