Por El Bicho Politicón
“Fue el subsuelo el que se reblandeció… hubo lluvias atípicas durante 3 días, lo que provocó una creciente de 8 metros que arrastró basura”, eso declaraba el secretario de comunicaciones y transportes (SCT) para explicar el socavón que costó dos vidas cuando fueron tragados al circular por el recién inaugurado Paso Express de Cuernavaca.
Oiga usted, peritos de ese calibre no los tiene ni el FBI, ni la CIA, ni la KGB… en unas cuantas horas las culpables de la tragedia fueron la lluvia y la basura. ¡Un verdadero Genio! Ese muchacho debería estar trabajando para algún despacho intergaláctico, la Tierra le queda chica.
Admiren ustedes el comunicado que dio a conocer la dependencia a cargo de ese ilustre personaje: “De acuerdo al análisis previo, la afectación al tramo carretero, que obligó al cierre del cuerpo A (sentido Cuernavaca-México) del libramiento de Cuernavaca, fue ocasionada por la erosión de una alcantarilla afectada por el exceso de basura, acumulación extraordinaria de agua ocasionada por las intensas lluvias y la deforestación del área derivada del crecimiento de la zona urbana”, esto es como para darle el Premio Nobel.
Además, ya encarrerados nos regala una faceta digna de la carta magna que a la letra dice “la justicia deberá ser pronta y expedita” cuando da lo cosa como juzgada: “La alcantarilla y drenaje cruzan a más de 15 metros de profundidad por debajo de la autopista y no forma parte de los trabajos realizados para la construcción del Paso Express de Cuernavaca”, agregó.
Perdone usted la expresión pero ¡ah, chinga! Resulta que si construyó mal una carretera, tapando un cauce natural, el culpable de todo ¡es el cauce! ¿Acaso no debí ponerle una salida al cauce mismo? Pero además, luego corre al responsable de la SCT en Morelos, pues en qué quedamos, ¿fue la lluvia o hubo negligencia?
A mí me parece que al señor secretario se lo va a tragar el socavón de la ineptitud y será puesto de patitas en la calle, digo, vamos a mover a México.
Como dijo el filósofo “…no culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia…”
Pues eso.
