Por El Bicho Politicón
A raíz de los resultados electorales en Moloacán, donde resulto triunfante la candidata de MORENA, Vicky Rasgado; he escuchado en varias pláticas sobre la traición a la candidata del PRI, Teresa Estrada, por algunos de sus seguidores, me parece que la autocrítica no ha sido parte del equipo perdedor.
Héctor Aguilar Camín, acaba de publicar en el periódico Milenio una columna titulada “El desgobierno de las pequeñas cosas” donde nos ilustra el porqué del rechazo de la gente a políticos tipo Omar Ricárdez, y nos dice que es en las pequeñas cosas (drenaje, salud, agua potable, luz, calles transitables…) donde los ciudadanos de pie calificamos al gobernante en turno.
Pues parece que mamá Tere nunca se dio cuenta que el drenaje del municipio que pretendía gobernar estaba colapsado, que las calles eran intransitables, que el agua potable que recibimos para nada que es potable y muchas cosas más de las que dimos puntual seguimiento en esta columna, y cosa muy importante, se le olvidó que el responsable directo de tener al municipio sumido en la peor crisis de infraestructura era nada más y nada menos que su esposo, pequeño detalle.
Cuando hablo de ser autocríticos me refiero a eso, los que se traicionaron a sí mismos, fueron ellos, actuaban bajo la lógica duartista de que no pasaba nada y pedían a sus colaboradores que no vieran lo evidente, el caos, y además que siguieran votando por ellos, ¡vaya cinismo!
De manera extraoficial, le puedo adelantar que don Omar no va a terminar su administración, pedirá licencia y emprenderá la graciosa huida, no le digo pues que actúa bajo la lógica de Duarte.
Que no se engañes los que hablan de traición, don Omar y compañía traicionaron al pueblo que los eligió para servir y no servirse del puesto. Cosa normal en una lógica democrática: si no sirves te sacamos del poder.
Pues eso.
