Por El Bicho Politicón
Si mis fuentes no me fallan el día de hoy veremos aterrizar a Javier Duarte de Ochoa en la Ciudad de México, seguramente será trasladado inmediatamente a una cárcel federal para enfrentar (ahora sí) a la ¿justicia? Mexicana, aunque con el nuevo modelo de justicia penal, es posible que vaya directo con un juez, quien determinará su encarcelación o no, para seguir su proceso.
Hasta ahora el exgobernador cleptómano se ha mostrado muy sonriente, nadie ha atinado a saber si eso se debe a que se está burlando de todos nosotros o porque de plano ya enloqueció, lo que este Bicho puede adelantarles es que será un prisionero incomodo, desde la abierta protección que se le ha dado desde el gobierno federal, esperando utilizarlo como noticia bomba en contra de López Obrador, hasta el gobernador Yunes, que tiene mucha cola que le pisen.
Ciertamente, es un personaje que algo sabe, el gobierno de Guatemala ya lo tenía listo y empaquetado desde hace dos semanas, pero al gobierno de México no le corría prisa, creo que se está pensando más en tiempos electorales que en términos de justicia.
De entrada déjeme decirle que Duarte tiene un teléfono celular, cuyo número (no se lo dé a nadie) es el 50246685310, no siempre contesta, pero cuando lo hace, después de preguntar exactamente quién está llamando, dice que no es de él pero bien que lo utiliza para poner sus cañones en dirección a sus enemigos políticos.
Lo que se aproxima es un encontronazo de dimensiones catastróficas para muchos que ahora se sienten ganadores en el tablero de ajedrez que es la política mexicana, ya veremos cómo empiezan a caer los peones y alfiles de todos colores y sabores.
Pues eso
