Sin pistas de los asesinos del comerciante acribillado el sábado

0
1008

Las Choapas, ver.

Redacción.

Total hermetismo guardan las autoridades ante las investigaciones que llevan a cabo sobre el asesinato del ganadero y comerciante Sergio Dosal Rubio, que el pasado sábado fue muerto a balazos por un par de sujetos que después de cometer su fechoría se dieron a la fuga.

El asesinato de Dosal Rubio ha conmocionado a la sociedad choapense y piden atrapen a los responsables, ya que esta persona era ampliamente conocida en toda la región y no se explican todavía cuáles fueron las razones de los asesinos para quitarle la vida.

 A través de las redes sociales ciudadanos comentan en sus cuentas personales o en las noticias publicadas en Facebook o portales de noticias, que el huarache como lo conocían sus amigos, era un padre y esposo ejemplar, que desde hace años llegó a estas tierras donde trabajó incansablemente para hacerse de un patrimonio.

Aficionado a las peleas de gallos y caballos, miembro del grupo denominado de “Los 3000” originario del estado de Michoacán y por eso el nombre de sus comercios con giro de alimentos, en especial la carnitas de cerdo, donde gracias a la ayuda de sus hijos pudo tener varias sucursales.

Informes obtenidos por este medio, señalan que las autoridades ministeriales trabajan en varias líneas de investigación para dar con los responsables, y que no se descarta las hipótesis que desde un principio se manejó sobre que podrá tratarse de una deuda de juego (peleas de gallos) o asuntos de dinero, ya que el ahora difunto era prestamista.

Pero serán las autoridades a través de las investigaciones que revelen los motivos por la cual Sergio Dosal Rubio fue asesinado.

CIENTOS ACUDEN A LOS SERVICIOS FÚNEBRES.

Familiares y amigos acompañaron a “El Huarache” hasta su última morada en la comunidad del Chichón, antes le rindieron una misa de cuerpo presente en la capilla católica que se ubica en la calle aviación para luego partir al panteón donde descasará de manera eterna.

Una larga fila de automóviles y camionetas con personas que en sus manos llevaban cientos de flores, escoltaban a la carroza que se enfilaba hacia la carretera al Cerro de Nanchital, hasta llegar al ejido que le abrió los brazos cuando llegó a este municipio.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here