Un neurocientífico en la UV; 300 enfermedades neurales

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Veracruz,14 de octubre de 2016.-PASAMANOS: Se parece a Clark Kent, la otra identidad de Superman, el héroe infantil. Es alto y fornido como Clark Kent. Mira como Clark Kent. Sonríe como Clark Kent. “Eso me han dicho” asegura con la sonrisa fácil. Pero es científico. Y es director del Centro de Investigaciones Cerebrales de la UV.

Todos los días, en la jornada laboral y en las horas de descanso estudia el cerebro. “Es la estructura más compleja del ser humano y del mundo”. Y su estudio gira alrededor de las enfermedades neurales. “La ciencia ha detectado 300 enfermedades… sólo en el cerebro”.

De 53 años, biólogo de formación en la UV, maestría en Tlaxcala, doctorado en la UNAM, posgrados en Nueva Jersey, Estados Unidos, el doctor Jorge Manzo Denes, es un científico afortunado. Su esposa también es investigadora, especializada en el cáncer de próstata. Y hablan el mismo lenguaje. “Hay enfermedades que se agravan en la noche y en la noche ha de estudiarse el cuerpo humano”.

Neurocientífico, con 23 años de antigüedad en la Universidad Veracruzana, UV, está al frente de un equipo de investigadores, con posgrados, unos en Canadá, Israel, Estados Unidos y España.

Y la mayoría con excelencia académica.

Y cada día su chamba es la misma: estudiar las enfermedades e investigar una posible cura.

Por ahora, las líneas de investigación que siguen son, entre otras, las siguientes:

En su caso, el autismo. Su esposa, en cáncer de próstata. Los demás, Alzheimer, Epilepsia, Parkinson, Respiración y Cronobiología, que significa la biología del cerebro.

Y con el mismo eje rector. Las bases neurales. Dice:

“Todas las enfermedades neurales son dramáticas. Pero ninguna es mortal. Nadie muere, salvo excepciones, de Alzheimer ni de una depresión.

Pero la vida se va deteriorando y, por añadidura, los estragos alcanzan a la familia.

BALAUSTRADAS: Como todos los científicos del cuerpo humano ellos están investigando con animales. Por ejemplo, ratas.

El doctor Manzo Denes cuenta una historia insólita: un colega en EU, con el que mantiene correspondencia, experimenta con ratas machos a las que inyecta, digamos, células femeninas (otro ha de ser el nombre que al reportero se le olvidó) para ver si se vuelven ratas hembras.

Dice, por ejemplo, que unos científicos que estudian el Alzheimer han llegado a la siguiente conclusión:

La persona que lee y lee mucho… está a salvo, en términos generales, de que le pegue el Alzheimer.

–Pero Gabriel García Márquez tenía Alzheimer.

–Son las excepciones de la regla, dice el neurocientífico con una sonrisa.

Cuenta una historia maravillosa:

Las gaviotas prefieren comer camarones. Y como los camarones están en el fondo del mar, entonces, localizan sus nidos, vuelan sobre la superficie, arrojan el excremento y siguen dando vueltas y vueltas esperando a que el camarón suba a la superficie para comer las heces.

Y cuando sube las gaviotas suelen lanzarse en picada atrás de la presa. “Así se alimentan”.

El cerebro siempre se rige y mueve por un reloj biológico.

Y los neurocientíficos estudian y vuelven a estudiar el reloj biológico para lograr contribuciones a nivel molecular.

Así se va integrando un patrón, pues las enfermedades agarran ese ritmo y que corresponde al ritmo de los agentes infecciosos.

Por eso, precisa el doctor, en el mundo la investigación es un proceso a largo plazo.

En Houston, por ejemplo, desde hace cinco años un equipo completo con laboratorios carísimos estudia una proteína que pudiera evitar el llamado Síndrome Fett, sin resultado al momento.

En el Centro de Investigaciones Cerebrales todos los académicos pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores, SIN, y con excelencia.

Nada de usurpaciones ni papelitos burocráticos.

ESCALERAS: Se le pregunta si ahora que Javier Duarte con su licencia (debido, claro, al manotazo de Los Pinos) está de moda, ¿pudiera estudiarse su cerebro?

El doctor sonríe. Y precisa:

–Sólo estudiamos el funcionamiento del cerebro, pero en función de las enfermedades neurales. Seguimos sus alteraciones.

Ellos crearon el Instituto de Natología sobre un principio universal derivado de la observación social:

El 90 por ciento de la población, nueve de cada diez, conoce a un enfermo con alguna de los 300 males del cerebro.

Pero más aún, tales enfermedades pegan igual a la población. Niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.

En Veracruz, Xalapa y Córdoba, por ejemplo, se registra el más elevado índice de niños autistas.

Todavía más indicativo: uno de cada 68 niños es autista.

Por eso, la especialidad del doctor Jorge Manzo es el autismo.

Los trabajos de los investigadores del Centro se publican en revistas científicas, todas indexadas, lo que significa una garantía académica.

Y como es natural, ellos están abiertos a las familias y hogares a quienes pudieran servir.

La UV, dice, está siempre al servicio de la sociedad.

Y más, como en el caso, ellos, que estudian la complejidad del cerebro humano y sus 300 enfermedades derivadas.

 

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