Sus padres suplicaban que se levantaran; despiden a María y Misael

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Los padres fueron acompañados por un gran número de amigos que compartieron el dolor;  los tíos de los niños rodearon los féretros recordando momentos felices que vivieron

Culiacán. En el panteón municipal de Navolato se le dio el último adiós a María José y Misael de 11 y 6 años de edad quienes murieron cuando el voraz incendio arrasó con la vivienda donde se encontraban en la colonia Barrancos.

Los papás y los tíos, así como familiares y amigos de la familia resguardaban el lugar donde sería la última mirada de los pequeños que dejan inconsolables los corazones con quienes compartieron momentos felices en vida.

Lamentos

Todos los presentes llevaban un globo blanco para en el momento de que los niños fueron enterrados soltarlos al aire.
Entre lágrimas y gritos que retumbaban en el callado panteón se escuchaban enérgicas las súplicas de la hermana mayor y de sus tíos gritándoles a los menores que se levantaran, además de recordar bromas que hacían cuando estaban en vida.

Algunos de los presentes pusieron sobre los féretros un refresco y bolsas de algunas conocidas frituras de maíz, las cuales eran las preferidos de los pequeños.

En ningún momento las lágrimas cesaron, el dolor se sentía hasta lo más profundo y aumentaba con los gritos de los presentes que conmovían más la triste escena.

El último adiós se dio y poco a poco se retiró la gente pero con el dolor y el recuerdo de que quedarán para siempre en los corazones de quienes amaron a María José y Misael de Jesús.

La familia Alvarado dijo estar agradecida con el presidente de Navolato, Eleazar Gutiérrez Angulo, y con el edil de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, por todo el apoyo recibido y externaron sus agradecimientos a los amigos y la ciudadanía en general por acompañarlos en estos días de dolor.

La tragedia

Fue el sábado por la tarde noche cuando se correría la triste noticia de que dos menores habían fallecido durante un feroz incendio en la colonia Infonavit Barrancos. Rápidamente en el sector y por la ciudad rondó la noticia que conmovió a toda la ciudadanía.

Según las especulaciones las llamas dieron inicio cuando presuntamente unos niños jugaban con pirotecnia afuera de la casa ubicada por el andador Cándido Avilés y una de las chispas alcanzó a entrar a la vivienda y el fuego se propagó de fácil manera ya que en el primer piso de la vivienda había material de tapicería que el fuego devoró.

Se dijo extraoficialmente que los niños quedaron atrapados en la segunda planta y ya no pudieron salir.
Al llegar los bomberos trabajaron intensamente hasta llegar a la habitación donde estaban los niños, los cuales ya habían fallecido. El recuerdo invade los corazones de sus seres queridos y de quienes pudieron convivir con ellos en vida.

La tristeza no da tregua y el dolor invade de manera brusca y la cicatriz no cerrará hasta que el tiempo lo disponga.
Ahora los pequeños descansan en paz y los padres viven en el dolor insuperable de ese día 29 de diciembre.

 

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