Martes negro para Las Choapas.

REDACCIÓN.

El martes 6 de septiembre parecía un día normal para los miles de habitantes de este municipio, sus habitantes se preparaban para realizar sus actividades cotidianas, desde tempranas horas el ruido inconfundible del carro de la basura despertaba a algunos, los primeros estudiantes de preparatoria y secundaria se dirigían a sus escuelas.

El bullicio tradicional del mercado Miguel Hidalgo empezaba a cobrar vida, las paisanas como siempre, eran las primeras en colocar sus totopos, pescado seco y queso fresco, desde luego sin faltar su peculiar estilo de invitar a comprar; “que va a llevar marchanta, güero güero lleve para su esposa no sea malo”.

Los comercios, sobre todo del primer cuadro de la ciudad levantaban sus cortinas con la esperanza que fuera un excelente día para las ventas, poco a poco el paisaje típico de nuestra ciudad, de nuestra querida Choapas cobraba vida, y muy dentro de nosotros agradecíamos al creador por permitir vivir en este hermoso lugar.

Todo parecía normal hasta que pasada  las 8:00 de la mañana el primer rumor de que una persona había sido levantada llegó a nuestros oídos, cautelosos por la experiencia vivida hace unos días, donde prácticamente todos caímos en una psicosis colectiva a raíz de mensajes a través de las redes sociales y donde nos compartimos de una manera que hasta el día de hoy no entendemos.

No hubo ruido, no hubo armas, no hubo persecución, creímos que era parte de la rumorología que padecemos los ciudadanos por la ola de violencia que afecta a todo el estado, casi resignados hicimos oídos sordos a esta situación y continuamos con la rutina diaria, con la esperanza que al menos en este mes patrio no sucedan desgracias que lamentar.

Pero al oír el segundo rumor, entendimos que no iba a ser un día normal, al menos no como queríamos, ahora al contrario del primer caso pusimos más atención sobre los detalles de este levantón, algo estaba pasando en nuestras narices y no estábamos poniendo atención o lo peor del caso pensábamos que era normal, que no pasaba nada.

Cuando los demás caos se presentaron nos cayó el veinte que en cuestión de horas recibiríamos noticias nada agradables, esperamos pacientes pidiendo a Dios que no fuera así, pero a veces pienso que el supremo Creador nos ha abandonado, que no merecemos su misericordia, que no contamos con su protección divina.

Los rumores en las redes sociales no paraban cuando se dio a conocer que una ama de casa que había llevado a su hijo al plantel educativo había sido levantada por sujetos desconocidos, asi uno tras de otro se fueron dando a conocer hasta a completar en todo el día cinco.

12 horas después del primer levantón, las corporaciones policiacas informaron sobre el hallazgo de cuerpos embolsados que fueron tirados y abandonados sobre la carretera Raudales-Las Choapas a la altura del kilómetro 28.5, era imposible relacionar esta información con las personas levantadas, pese a todo esto confiamos  en que solo fuera un rumor más de los tantos que a diario tenemos en la ciudad.

Pero conforme los peritos realizan su labor, datos y pormenores empieza a fluir, entre los elementos de las diferentes corporaciones presentes en el lugar, comentan entre sí que son 5 cuerpos, entre balbuceos uno de ellos confirma la fatal noticia;” son ellos, los levantados, los 5 reportados”.

De nueva cuenta seremos noticia a nivel nacional o quizás internacional, en cualquier lugar civilizado matar a 5 personas todavía sigue siendo noticia, ya hemos perdido la cuenta de cuantas veces tenemos ese lugar privilegiado de salir en las noticias en medios nacionales con notas rojas escalofriantes, claro que enoja serlo de esta manera y desearíamos que fuera por otras causas y razones.

Pero regresando a nuestra horrible realidad, nos enteramos que no solo fueron asesinados, torturados, golpeados y vejados, los sicarios tuvieron tiempo de cortarles la cabeza, decapitarlos y mandar el cruel mensaje a la sociedad, porque el mensaje no solo es para las bandas enemigas sino para el ciudadano normal.

Desde luego que llama la atención el tipo de crueldad con la que actuaron en esta ocasión, la saña que para ser sincero en eso si no estamos acostumbrados, decapitarlos llama a la reflexión por muchas razones, hay muchas preguntas, la mas recurrente es la siguiente; Valdrá la pena? Creemos que tenemos la respuesta pero esto es un círculo vicioso.

La realidad, nuestra realidad, de nueva cuenta una familia de nuestra ciudad estará incompleta, hijos huérfanos, mujeres viudas, sueños rotos, dolor, sobre todo porque enterrar a un ser querido sin una parte de su cuerpo es un dolor adicional, pero es lo que somos, lo que nos hemos convertido, un pueblo que se está acostumbrando a este tipo de violencia.

El control entre grupos antagónicos es lo que está provocando muertes y más muertes al escoger ganar dinero fácil y abundante que los convierte en seres humanos desechables que tarde o temprano saben que terminaran en el panteón aniquilado por un contrario o bien por un policía… tres de ellos de estos cinco muy jovencitos reclutados para este fin hoy son llorados por sus familiares al escoger el camino torcido en el cual no se perdona ni se justifica y solo ellos saben porque lo hicieron .

Casi termina esta jornada…mañana…mañana será otro día.