Agua Dulce, Ver. Redacción.
Un dicho popular dice que los muertos y arrimados a los tres días apestan, y eso le sucedió al campesino Miguel Ángel Bautista de La Cruz de 61 años de edad con domicilio en la calle Anáhuac 180 de la comunidad de Cuauhtémoc perteneciente a este municipio.
En entrevista con el afectado que se encontraba en la Unidad Integral de Procuración de Justicia (conocida como fiscalía) en la ciudad de Las Choapas, tratando de llegar a un arreglo con su suegro para que le devuelva sus cosas, relata que todo iba bien con su matrimonio hasta que el pasado mes de mayo falleció su esposa a causa de diabetes.
“Teníamos ya varios años de estar viviendo juntos, ella se llamaba María Susana Gómez y la quise tanto que la acepte con un hijo de una relación anterior de ella, vivíamos en mi casa en un terrenito que teníamos en la misma comunidad, ella ya se encontraba enferma de la diabetes pero todavía era posible controlarse con medicamentos.
Cuando la enfermedad empeoró su padre nos dijo que nos fuéramos a vivir con él para que fuera atendida de la mejor manera ya que tenía que salir a trabajar, entre las dos familias cuidamos a mi esposa, incluso cuando tuvo que ser internada.
Desgraciadamente la diabetes fue ganando terreno y el pasado mes de mayo, unos días antes del 10 de mayo falleció, tuve que esperar unos días para vivir el duelo con la familia de mi esposa, pero ya después le dije a mi suegro de nombre Juan José Gómez Méndez que me regresaba a mi casa.
Pero cuando quise regresar por mis cosas no me dejo sacar nada, sobre todo las cosas de más valor como es un refrigerador, lavadora y una pantalla, por este motivo me encuentro en la fiscalía para resolver de la mejor manera este problema, ya que es un hombre de la tercera edad y no quiero hacerle pasar un coraje”.
El afectado termina señalando que esperará los citatorios de las autoridades y si él no presenta dejará todo por la santa paz.
