Por El Bicho Politicón
Reza un dicho popular que se le atribuye falsamente a Albert Einstein que la locura es hacer una y otra vez lo mismo, esperando resultados distintos. Pues bien, la demencial estrategia que el Estado mexicano declaró contra el crimen organizado, es un monumental FRACASO, la escalofriante cantidad de muertos así lo indica y, me temo, en el gabinete no hay una cabeza sensata que se los haga ver.
Porque oiga usted, las ejecuciones en el mes de enero fueron 1339 y para febrero se presentaron 1332 cifras que contrastan con las 829 y 855 de enero y febrero del año pasado, al ritmo que llevamos, estamos regresando a las cifras de los sangrientos 2010 (15273 homicidios), 2011 (16987 muertes) y 2012 (14887 asesinados). Los muertos se acumulan, van 110,935 desde el inicio de la llamada “guerra contra el crimen”.
Para que usted dimensione la magnitud de la tragedia, en 13 años de guerra en El Salvador murieron alrededor de 80,000 personas, en 11 años de guerra en Nicaragua encontraron la muerte 50,000 y en la guerra en Siria van 215,518. Estoy hablando de guerras convencionales donde combatientes (soldados), mueren como consecuencia de su profesión.
En México no hay una guerra como tal, se trata de una política de seguridad de combate a presuntos grupos criminales (principalmente traficantes de drogas), política que ha aumentado el problema que supuestamente combate, política que ha convertido en un gran panteón al país. ¿No creen que es hora de cambiar? ¿Quién cargará con la responsabilidad?
Urge una nueva estrategia, golpear el avispero no ha sido lo más inteligente, pero lo más trágico es que no se vislumbran cambios, la carnicería continuará durante el sexenio de Peña, los compromisos adquiridos en la Iniciativa Mérida ha dejado solo sangre y desolación, ya veremos mañana la otra cara de la tragedia: los desaparecidos.
Pues eso.