Personaje del Sábado
Por Gustavo Martínez Contreras
Estamos en la casa de don Lucio Gómez Morales, nos esperaba tranquilamente en una silla, nos da la bienvenida con una amplia sonrisa, el personaje de éste sábado empieza a platicarnos su vida, vida que es parte de la historia de Villa Cuichapa
Vida familiar
En primer lugar yo soy de Cuichapa, me crie en este pueblo desde 1940, mi padre se llamó Hilario Gómez Morales y mi madre Petronila Morales Hernández, aunque nací en Pueblo Viejo, del municipio de Minatitlán un 15 de diciembre de 1940, voy a cumplir 77 años de vida.
Mis padres eran campesinos, yo era jornalero y trabajaba para personas que ocupaban de mis servicios, entre ellos mi tío Bartolo Cruz García, papá de don Darío Cruz y abuelo de Lázaro. Mi tío siempre fue buena persona, yo le agradezco mucho porque a través de él yo tuve mi ficha en Petróleos Mexicanos, en aquél tiempo no se pagaba nada.
Nosotros sembrábamos mucho maíz, mucho frijol, caña, plátano y lo vendíamos en Cuichapa, a mí me tocó vender el maíz a dos pesos la arroba (12 kilos aprox.), los huevos costaban a 10 centavos, todo lo que el campesino producía estaba barato.
Asistí a la Artículo 123, que era dirigida por el maestro Andrés Flores Cruz, ahí los maestros me enseñaron a servir a mi pueblo y también participaba en las actividades deportivas, a propósito de ello, aquí tuvimos un gran campeón olímpico en atletismo, Apolinar Hernández Luis, él estudió conmigo y tenía una velocidad tremenda, también tuvimos a “Panchito” Esteban y a la señorita Beatriz González Quiroz, una niña que se destacó en el atletismo de la escuela Artículo 123.
Pemex y la oratoria
En Pemex empecé a trabajar a los 18 años en Agua Dulce con mi gran amigo Jesús Bucio Suárez a las órdenes de Roberto Ricárdez, quien era el secretario del trabajo.
A mí siempre me gustó participar en concursos de oratoria, pero mi educación era muy poca, no tenía la capacidad suficiente, pero en fin, dicen que las cosas se hacen cuando uno tiene deseos de hacerlo, yo dije, ‘voy a poner en alto el nombre de mi pueblo, Cuichapa’, yo era de origen campesino, apenas acababa de entrar a Pemex y gané el primer lugar de un concurso de oratoria, celebrado en la región de Coatzacoalcos, siendo el diputado local Alipio Gallegos y pues concursé con unos estudiantes y tuve la oportunidad de sacar el primer lugar.
Luego concursé en Xalapa y ahí saqué el tercer lugar, yo no conocía Xalapa y quedé muy impresionado de ver mi nombre por la calle representando al distrito de Coatzacoalcos y quedar en tercer lugar no es cualquier cosa, participando contra alumnos universitarios y yo siendo campesino.
Yo le agradezco mucho al profesor (que en paz descanse) Sóstenes Tun Manzanilla, él me animó y con él participé, también el profesor Andrés me ayudó, no obstante el general Mario Rosaldo Morán quería que yo tuviera una carrera militar pero yo no quise, me daba el grado de sargento segundo para participar en el ejército pero mis intereses eran otros.
Como trabajador de Pemex me gustó siempre ser responsable, trabajé en producción con José Enrique González Gutiérrez, Pitalúa Viveros y Erasmo, se me va el apellido pero aún está activo, trabajé ahí durante muchos años como ayudante “E”, obrero general pues, a la pala y el machete.
Una cosa chusca que me pasó fue el primer día de trabajo, el cabo de la cuadrilla, don Luciano Hernández, me mandó a chapear un pedazo de terreno, uno que está acostumbrado a trabajar lo hice como en una hora; cuando me reporté con el cabo, ¿me preguntó qué pasó?, pues ya lo terminé, le dije. ¿Cómo?, si eso era para todo el día, mira, mejor vete a descansar y deja esto para los profesionales.
La presidencia del comisariado ejidal de Tlacuilolapan
En aquellos años fui presidente del comisariado ejidal de Tlacuilolapan y conocí a don Amadeo González Caballero y a Taurino Camaño Ramos, eran los líderes de esta zona, “los quitaypone” y me hice amigo de ellos; en una ocasión fui a Xalapa y me compré una botas, muy baratas, me costaron 60 pesos y yo venía muy contento con mis botas. Un día estábamos recorriendo la división del ejido, lo que aproveché para estrenar mis botas, pero resulta que en las partes bajas había agua, ahí descubrí que mis botas eran de cartón, se deshicieron con el agua y me quedé descalzo.
En mis labores como comisariado ejidal estuvo correr a los colonos, quienes fundaron Acalapa I y Acalapa II, el ejido constaba de 3, 276 hectáreas.
Vida política y sindical
Yo quise ser presidente municipal allá por el año de 1961, me apoyaron los sectores pero mi inexperiencia hace que yo cometa errores y no llegué a la final, pero me quedó esa satisfacción de que era yo joven, contaba con 21 años y don Amadeo me dijo “lánzate, yo te voy a ayudar” y sí me ayudó.
En aquél entonces había oros intereses y mejor dije no, todavía me queda mucha vida por delante.
A mí me gustaba participar y con los trabajadores de Pemex hubo muchos amigos que me impulsaron a jugar por la Secretaría General en el 90-91 y gané, luego me reeligieron.
Como secretario general conocí a Joaquín Hernández Galicia, la “Quina”, era un hombre muy centrado y siempre tuve la oportunidad de platicar con él, precisamente, el año que iba a fallecer pasé a su casa en Tampico, fui a saludarlo porque yo sabía que estaba muy enfermo, me recibió y platicamos sobre la situación en Pemex, que yo no sé decirle si está bien o está mal, lo que sí le digo es que lo hecho, hecho está.
A don Joaquín no le gustaba que le tomaran fotos, pero yo me las ingenié, llegando desayuné con él, incluso me pagó el hotel donde me hospedé y hasta me dio para el pasaje en ADO, ya para despedirnos le dije que una foto para el recuerdo y nos abrazamos y nos tomaron la foto. Volví a visitarlo pero ya no lo pude ver, ya estaba muy enfermo.
Como dirigente petrolero me tocó la mala suerte de vivir la división de Pemex, y se desplazaron a muchos trabajadores, era una orden presidencial y ya sabes que esas cosas no se discutían, se acataban, nosotros hicimos lo que pudimos, rescatamos a algunos trabajadores… yo tenía la intención de convertir al campo en una delegación, allá por el año de 1993 y llegamos a un acuerdo de que no se quitara la dirigencia sindical de aquí y hasta la fecha se sigue conservando.
Papeles y recuerdos
Aquí tengo algunos papeles que documentan mi vida, yo fui Presidente de la Luz Eléctrica de la Colonia 18 de Marzo, se electrifico la colonia en aquél tiempo con la ayuda del sindicato y del municipio, estaba como secretario general don Teodoro Alor y como presidente municipal Urbano Cruz Lara, ellos me dieron una aportación para hacer el contrato ante la Comisión Federal de Electricidad.
También me tocó trabajar en el ayuntamiento, fui dos veces presidente del PRI, tesorero municipal cuando se manejaba un millón de pesos de presupuesto anual, construimos el mercado municipal, el rastro, hicimos algunas escuelas, se hizo lo que se pudo, metimos el teléfono y el agua potable. Hasta ahí llegamos nosotros.
Vida actual
Casado con doña Elena Vázquez Cruz, mis hijos Andrés, Miguel Enrique, Leticia, Beatriz y Daniel. Todos casados con hijos, por lo que tengo varios nietos; pues ya estoy grande, ya no puedo participar, cuando joven uno tiene mucho brío, pero ya de grande ya no se puede tan fácil.
Yo me dedico ahora a leer la palabra de dios, predico el evangelio.
Del pasado me quedé con ganas de estudiar Derecho, pero no pude.
Dejamos a don Lucio, envuelto en sus papeles y sus recuerdos, alcanza a decir todavía que López Obrador es un hombre centrado, viendo a futuro puede ser un buen presidente. Muchas cosas se quedaron en el baúl de los recuerdos, que al fin y al cabo, todos guardamos las mejores cosas para el recuerdo. Gracias don Lucio por la oportunidad de darnos a conocer esta parte de la historia.