Por El Bicho Politicón
Después de empezar con ímpetu el maratón Guadalupe-Reyes y estar en lamentables condiciones el fin de semana, empiezo con nuevos bríos esta semana, como en sueños me enteré que Fox (el primer presidente panista) ya se hizo priista y hasta se reunió con Meade para afinar la estrategia para ganarle al Peje.
No sé si sean los efectos secundarios del alcohol pero veo un juego macabro en los distintos candidatos, de pronto panistas que se vuelven priistas, priistas que se vuelven morenistas, la derecha apoyando a la izquierda, la izquierda de la mano con la derecha y los partidos rémoras de siempre: buscando el mejor postor para sus intereses.
Con este ambiente, ya entiendo un poco a los analistas políticos de ocasión que dicen que todos los partidos son lo mismo: una caterva de ladrones-corruptos-sin-vergüenzas-y-no-sé-cuántas-cosas-más.
Déjenme decirles que tienen razón y no, de los priistas ya se sabe que lo ladrones y corruptos no se les va a quitar, por lo que se dedican a embarrar a todos los demás para competir en ‘igualdad de condiciones’.
De López Obrador han dicho que va a hacer esto, que va a hacer lo otro como si se tratara de convencer a los ciudadanos de que es el más malo de malolandia, pero lo mejor es analizar los ‘hechos’, el señor ya gobernó la ciudad más grande y complicada de México, el entonces Distrito Federal.
De hecho, muchos programas de asistencia social que empezaron en la ciudad de México con López Obrador, se han ampliado al ámbito federal, así que cada vez que alguien cobra su 65 y más, se lo deben al Peje, su lucha contra lo que él llama ‘la mafia del poder’, es decir, contra la corrupción ha dado algunos frutos, los corruptos no están muy contentos de que Amlo pueda ganar la presidencia.
Y van a tratar de impedirlo cueste lo que cueste.
Pues eso.