Ana Patricia Reyna / Alor Noticias
“Claro que si porque estamos al día sino vendemos no comemos, y si nos afecta ese problema qué hay ahorita”, explicó Micaela Flores Domínguez vendedora ambulante de frutas y verduras.
Una mujer de 60 años quien reúne al día entre 120 y 150 pesos de las compras que hacen transeúntes a fuera del Mercado Morelos; asegura que si dejan de pasar o cierran el mercado por la contingencia del COVID – 19 “se morirían de hambre”.
Todos los días viaja desde Barrillas con su mercancía se instala a las 5 de la mañana, vende fruta de temporada pero desde que alertaron por el virus, las ventas han bajado.
Ella no puede hacer “home office” como las grandes empresas, al contrario todos los días tiene que salir a vender para poder mantenerse y también a sus tres nietas que tiene a su cuidado.
En esta misma situación se encuentra el señor Ángel Carrión García quien vende raspados a fuera de las instituciones educativas, sin embargo con la cuarentena hoy será su último día de venta “fuerte” pues las escuelas retornarán a clases en un mes.
“Vendiendo a mi me quedan 400 pesos diarios a veces 450, libres para mi de ahí tengo que mantener a mi familia de mi gasto mío son 300 pesos para la casa a veces son 400 y de ahí no me queda nada y de ahí tengo que darle de comer a mi familia, pagar luz, agua, teléfono y quien me lo va a dar”, indicó.
Este sector de la población es de los más afectados, pues no cuentan con seguro médico, y tampoco pueden dejar de trabajar porque viven al día y en una situación precaria.