Los impuestos a nadie le gusta pagarlos, incluso el mismo Secretario de Hacienda, encargado de establecerlos, no los ve con buenos ojos.
Ciudad de México.- Los impuestos a nadie le gusta pagarlos, incluso el mismo Secretario de Hacienda, encargado de establecerlos, no los ve con buenos ojos.
“Los impuestos son un mal necesario, a nadie le gustan los impuestos, ni siquiera al Secretario de Hacienda y cualquier impuesto tiene algún tipo de distorsión económica”, dijo Luis Videgaray, titular de la SHCP.
La respuesta la provocó una pregunta de Steve Forbes, presidente de Forbes Media International, sobre la reforma fiscal del año pasado y arrancó sonrisas entre los asistentes, principalmente empresarios, al foro organizado por la publicación estadounidense.
A casi un año de la presentación de la reforma fiscal, Videgaray sigue respondiendo preguntas sobre el impacto y origen de los cambios tributarios que han generado controversia y rechazo en el sector privado.
“Los impuestos al consumo inhiben la compra de bienes y servicios, los impuestos a productos específicos igualmente y por supuesto los impuestos al ingreso de las empresas y personas también tienen efectos negativos.
“Por lo tanto decidir qué impuestos se establecen en la economía siempre implica elegir entre distorsiones que ocurren en la actividad económica”, explicó.
Lo que es un hecho, afirmó, es que México era y aún sigue siendo un país de baja recaudación, con pocos recursos para afrontar sus obligaciones de gasto.
Sin embargo, añadió, en la elaboración de la reforma fiscal se decidió no aumentar los impuestos a costa de los que menos tienen, sino destinar la carga en las personas y empresas de más ingresos.
Aumentar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), como muchos analistas y sectores pedían, era una camino que el Gobierno no estaba dispuesto a recorrer porque habría significado afectar a los más pobres.
Por ello, la reforma fiscal se enfocó en que las empresas y las personas con más posibilidades de pagar, aportarán más, explicó.
Con todo y el cambio la carga tributaria empresarial es de las más bajas si se le compara con otros países de la región o desarrollados, aseveró Videgaray, cuyo comentario arrancó menos sonrisas que el del principio.
