En total fueron encontrados los cadáveres de seis niños de distintas edades y el cuerpo de una mujer embarazada.
Siete cadáveres, de los cuales seis correspondían a menores y a una embarazada, fueron encontrados en una fosa cavada en una zona indígena en el Caribe panameño y que habrían sido víctimas de ritos practicados por una secta.
El Ministerio Público informó que los fallecidos tenían entre uno y 17 años y que estaban junto al cuerpo de una mujer embarazada que era la madre de los menores. Todos pertenecían a la etnia Ngabé buglé, la más numerosa y con mayores bolsas de pobreza en el país.
La víspera, la policía arrestó a 10 personas y rescató a 14 indígenas de una iglesia donde se desarrollaban los ritos en un caso inédito que ha conmovido al país centroamericano.
La fosa fue encontrada a unos dos kilómetros desde donde se realizaban los ritos.
Según las autoridades, los detenidos -que también son indígenas y dijeron pertenecer a la secta “La nueva luz de Dios”- serán llevados entre el viernes y el sábado ante un tribunal en la provincia de Bocas del Toro, donde se registraron los hechos.
El fiscal de Bocas del Toro, Rafael Baloyes, dijo a la prensa que los detenidos eran conocidos en la comunidad y que uno de ellos es el abuelo de los menores fallecidos.
Con información de Tabasco Hoy