Por El Bicho Politicón
Hoy me quiero referir de manera muy enfática a las declaraciones del gobernador Yunes acerca de la muerte de una niña de 5 años y las declaraciones de Roberto Campa, el subsecretario de derechos humanos de la secretaría de gobernación federal sobre la muerte del periodista Cándido Ríos.
De verdad es muy lamentable escuchar los argumentos de estos dos personajes, dice Yunes sobre la muerte de la niña “que era hija de una líder criminal” como si eso fuera justificación suficiente para explicar su muerte, pero además dijo “que las personas de bien no tenían de que preocuparse”, ¡vaya zángano! Claro que con el perdón de los zánganos.
Yunes Linares abre la temporada de caza para los familiares de criminales, si usted hij@, herman@, padre, madre, ti@, prim@, vaya comprando un seguro de vida ya que si usted tiene alguna línea sanguínea con algún criminal puede ser víctima de los malosos y el gobierno del estado dirá “al fin y al cabo era familiar de un líder criminal, se lo merecía”.
Con la misma “elegancia” se refirió Campa Cifrián sobre la muerte de Cándido Ríos al decir que “no iban por él”, que los asesinos en realidad se confundieron o que, en última instancia, el periodista se le atravesó a las balas por imprudente, asunto arreglado.
Ya me los imagino a los dos, en la cena familiar, haciendo gala de la profunda reflexión que los caracteriza, tratando asuntos de estado y comentando con sus hijos, “¿ya escucharon mis últimas declaraciones?, geniales, ¿no les parecen?” y se irán a dormir con la conciencia tranquila de haber tenido un día más de trabajo arduo.
Ya me los imagino soñando con que sería una magnífica reforma judicial resolver los crímenes con declaraciones como las que se les ocurren, ¡adiós a la impunidad! Todo tiene solución con la punta de su lengua. ¡Otro par de sinvergüenzas!
Pues eso.