La mujer policía era madre soltera, tenía 3 hijos; Benjamín, dejo un niño de 5 meses y de 5 años y Álvaro, un niño de 4 años
LAS CHOAPAS, VER
REDACCION
Los tres elementos de la policía municipal, que fueron levantados el pasado viernes y que la mañana del sábado fueron encontrados decapitados, cuyas cabezas estaban dentro de costales, dejaron en la orfandad a niños menores de edad, niños que no tendrán la oportunidad de poder jugar con su padre o con su madre.
Benjamín Montejo Avalos, de 23 años, conocido entre sus compañeros como “Sarigueya”, llevaba 3 años trabajando en la corporación, tenía su domicilio en la comunidad Acalapa 2, conocida también como kilómetro 17, lugar a donde viajaba diariamente en motocicleta para incorporarse a su trabajo, tenía un niño de 5 meses, y otro de 5 años el cual a decir de sus compañeros, eran su motivación para trabajar y ser mejor persona.
Álvaro Navarrete Alducin, tenía apenas 3 meses de haber entrado a trabajar a la corporación policíaca, tenía su domicilio en la colonia Anáhuac, sus compañeros sabían muy poco de él, señalando que entró a la corporación al no encontrar trabajo, la misma necesidad lo obligó a pedir trabajo de policía, dejando en la orfandad a un niño de 4 años, el cual nunca volverá a jugar con él.
En tanto, Anita Contreras López, llevaba en la corporación 1 año, era madre soltera, su hijo mayor de 14 años, el menor de tan sólo 2 años, tenía su domicilio en la colonia Aviación. Su trabajo en la corporación era grabar las detenciones de las personas, ya que algunas luego se quejaban de que los gendarmes les robaban o golpeaban, por lo que en las grabaciones quedaba la evidencia si era cierto o la persona que señalaba mentía.
En lo que se refiere al cuarto elemento que estaba en la patrulla, este fue internado en el hospital Doctor Pedro Coronel Pérez, pero ya fue dado de alta e incluso ya se fue de la ciudad, ante el temor de que los delincuentes quieran hacerle algo, ya que incluso hirió con una navaja a uno de ellos, esto para poder escaparse.
Este lunes a las 10 horas, los uniformados le harán el último pase de lista a sus compañeros caídos en el cumplimiento de su deber, ya que sus mismos compañeros señalan que no andaban metidos en problemas y lo sucedido es que los delincuentes, con esta acción tratan de evitar que haya vigilancia y así infundir temor entre la ciudadanía.