Juan Manuel Jiménez García.
Las Choapas Ver.
Sus hijos, familiares y amigos todavía no pueden aceptar la tragedia ocurrida a la familia Hernández Román, hoy, con esa incertidumbre, acompañaron hasta su última morada a Rigo, una de las dos personas acribilladas el pasado lunes en la cantina denominada La Cabaña y donde a decir de los curiosos y de las personas que conocían a este comerciante de barbacoa y taxista, se limitan a decir que estaba en el lugar equivocado y a la hora equivocada.
El cortejo fúnebre partió desde la colonia Barrio de Las Flores, lugar donde tenía su domicilio desde hace varios años, antes de llegar al panteón municipal, los deudos hicieron una escala en el campo de La Sabana, espacio que fue uno de los preferidos de Rigo ya que su otra pasión, aparte de su familia, era el futbol, donde participaba con diferentes equipos de la liga de veteranos.
En la actualidad se dedicaba a darle mantenimiento a este campo y ayudaba al desarrollo de los partidos de futbol los fines de semana.
Por este motivo la liga de veteranos de más de 35 años, primera fuerza municipal, segunda fuerza y ligas femenil y juvenil, guardarán un minuto de silencio en memoria de este promotor del deporte.
Después de esta pausa hacia su morada eterna, Rigoberto Hernández Román de 54 años de edad, prosiguió su camino hacia el camposanto, en el trayecto iba acompañado de una banda de guerra, llantos, lamentaciones y el dolor indescriptible de perder a un ser amado.
Como se recordará, Rigo había acudido a este bar, que se encuentra en la colonia Anáhuac, ahí estaba disfrutando de una cerveza cuando de repente una comando armado abrió fuego en contra de otra persona, una de esas balas también le quitaría la vida a este padre ejemplar.