Educación especial una oportunidad para ser iguales

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Por: Gustavo Martínez Contreras

Entrevista con la psicóloga Judith Fermina Cruz Cruz

Yo empecé a trabajar en educación especial en 1999, el primero de diciembre, me dieron mi orden de presentación, mi supervisor está en Coatzacoalcos y pertenezco a la supervisión de educación especial número 9, del sector 05.

Educación especial tiene dos tipos de atención, uno es el Centro de Atención Múltiple (CAM), ahí van los niños que tienen una discapacidad más severa, que no se pueden incorporar a una sistema de educación regular y también está la Unidad de Servicio a las Escuelas Regulares, ahí se integran a los niños que tienen la oportunidad de aprehender las habilidades que ellos tienen.

También trabajamos con las escuelas regulares, ahorita, con la reforma educativa, se modificó el artículo 41 que habla sobre educación especial, que se le dará atención a los niños que tienen alguna discapacidad, que es lo principal, niños con aptitudes sobresalientes, niños con trastornos de atención, niños con trastornos de atención con hiperactividad, niños con problemas de aprendizaje severo, problemas de comunicación severa y problemas de conducta severa; son ese tipo de atención que damos.

Claro que se incluyen en toda la población estudiantil y las actividades que se hacen van encaminadas precisamente a los niños que atendemos, pero también involucramos a todos los alumnos, ¿por qué?, para que no se vea la diferencia, nosotros no queremos hacer la diferencia, queremos que ellos sean iguales, vamos a decir como dice la gente: normales.

La atención es pareja para ellos.

La primer escuela que atendí fue la “Felipe Ángeles” que está en Las Choapas, empecé con cinco alumnos y se fueron incrementando, de ahí estuve en la “Anáhuac”, en la “Benito Juárez”, también atendí en el preescolar que está en el centro de Las Choapas, el B. Von Glumer, de ahí me canalizó mi supervisor de ese entonces a dos alumnas con incapacidad intelectual que no fueron aceptadas en la Artículo, la única que aceptó a esas niñas con discapacidad auditiva (hermanas) fue la maestra Irasema en la “Tierra y Libertad” de Villa Cuichapa.

Dayana y Vanesa fueron mis dos primeras alumnas, iba tres días a Las Choapas y dos días en Cuichapa donde atendía a dos escuelas.

Iba y venía hasta que se incrementó la población, fue otra niña con discapacidad auditiva, Lupita, de ahí llegaron niños con lento aprendizaje, niños con discapacidad intelectual, niños con síndrome de Down, con autismo, con problemas de conducta, niños con TDH y niños sobresalientes, niños que tenían habilidad en algún deporte, la habilidad de pintar, la habilidad para expresarse, con esos tipos de niños empezamos a trabajar.

Aquí en Cuichapa atendí en la “Tierra y Libertad”, al preescolar “Juan Escutia”, al preescolar “Agustín Yáñez”, de ahí con la reforma cambiaron las presiones y me cambiaron de nivel a lo que es ahorita a la telesecundaria.

Con los nuevos lineamientos que tiene la educación especial debemos tener quince alumnos en atención, a cada niño se le hace un expediente, se le hace una evaluación psicopedagógica, adaptaciones tanto curricular como en otras áreas y se le hace entrevista a la mamá, al papá, cuando requieren los niños evaluación médica, se canaliza al doctor, por ejemplo, al neuropediatra, a la evaluación psicológica, porque lo que es educación especial no abarca todas las pruebas que se requieren, canalizamos, tenemos mucho apoyo del DIF, en ese sentido el que más ha apoyado es el DIF de Las Choapas, ahí llegan los niños, entonces estamos promoviendo eso, porque en sí nosotros no damos terapia, damos la atención a los alumnos, hacemos y trabajamos con los padres, con los alumnos y los maestros. Una atención que sea una terapia, no, por eso necesitamos el apoyo de un psicólogo, para que nos canalicen a los alumnos y reciban terapias.

Actualmente atiendo a quince niños con problemas diversos, tengo niños con discapacidad intelectual, niños con problemas de aprendizaje, con problemas de comunicación, con problemas de conducta, niños con déficit de atención con hiperactividad, niños sobresalientes en lo que es psicomotricidad intelectual, es la población que tengo.

Pero no los atiendo en un salón, los niños están integrados a un salón regular, simplemente se le apoya al maestro con estrategias, con materiales que uno tiene, con pláticas a padres, con dinámicas en el grupo y con talleres que se le dan a los maestros acerca de las discapacidades y de los problemas de trastornos en el desarrollo.

Una pequeña dificultad que nos hemos encontrado es con los papás, no nada más yo sino todos mis compañeros maestros, hay pocos papás que realmente apoyan a sus hijos, son papás que a veces te sorprenden, que están ahí preguntando, pero hay papás, que por más que tú les llames ni se acercan, no apoyan a sus hijos, no le buscan.

Yo soy de las maestras que me gusta apoyar mucho a mis alumnos, yo le busco, si no tienen yo les doy el material o lo consigo, donaciones, consigo apoyos por otro lado, es lo que a mí me satisface: poder ayudar a mis alumnos.

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