COATZACOALCOS, VER.
REDACCIÓN.
Para evitar un aparente secuestro un joven intentó huir de tres sujetos que lo sorprendieron al interior de una vulcanizadora donde acudió a parchar la llanta de su motocicleta, en el intento esta persona fue herida con una navaja y posteriormente acribillado a tiros ante la mirada atónita de varias personas.
Los responsables de dicho crimen son cuatro sujetos que se transportaban en una camioneta negra, que según testigos, iban tras el ahora fallecido Bernardo Rajoy Long, de 25 años de edad.
Momentos antes de las 17:20 horas en que ocurrió el crimen, la víctima arribó a la vulcanizadora denominada “La Bendición”, ubicada sobre la avenida Pedro Moreno, esquina con Francisco I Madero de la colonia María de la Piedad para pedir que le parcharan una de las llantas de su motocicleta Yamaha, de color negro, con matrícula Z67NY.
Mientras esta persona esperaba a que le entregaran su moto, la mencionada camioneta se estacionó frente a la vulcanizadora y de ella descendieron cuatro sujetos, al verlos el ahora extinto se metió al negocio, no obstante los agresores fueron tras él e intentaron sacarlo a la fuerza.
Se dio lugar a un forcejeo, donde la victima resultó herida en el abdomen con una navaja, pese a ello, pudo zafarse de los delincuentes y salir corriendo, sin embargo no avanzó mucho, pues quienes lo seguían accionaron una AK-47, que llevaban consigo y le proporcionaron varios disparos, provocando una muerte rápida a su objetivo, posteriormente se subieron a la camioneta en que llegaron y se dieron a la fuga.
Bernardo Rajoy Long es hijo de Bernardino Rajoy Tabuada, dueño del restaurant de mariscos “El Mero Mero”, que se ubica sobre la avenida Independencia, esquina con Miguel Ángel de Quevedo.
En el sitio del delito se notó la presencia de elementos de la Cruz Roja, quienes constataron que la víctima no contaba con signos vitales, momentos después arribó la Policía Naval y Policía Estatal para tomar conocimiento del hecho.
Servicios Periciales halló seis casquillos repercutidos en la escena del crimen, el Ministerio Público solicitó que los empleados de dicha vulcanizadora, luego de ser valorados por los paramédicos ya presentaban crisis nerviosa, fueran a rendir su respectiva declaración al ser testigos del delito.
El cadáver fue levantado por el Servicio Médico Forense y enviado al anfiteatro para los exámenes correspondientes.