Este viernes se definirá una situación crítica para los Tiburones Rojos y toda la Liga MX, dada la amenaza de los jugadores escualos de no presentarse para recibir a Tigres.
JESSIKA MÉNDEZMonterrey, Nuevo León.
“Crónica de una mala solución anunciada”. Así calificó el expresidente de Rayados, Jorge Urdiales, lo que está ocurriendo con el Veracruz, cuyo dueño, Fidel Kuri, lo buscó en abril para intentar ficharlo como su principal directivo.
Este viernes será vital para el futuro de la Liga MX, pues los Tiburones Rojos amenazaron con no presentarse en el Pirata Fuente para el partido ante Tigres por los adeudos de sueldos y la falta de soluciones por parte de la Federación Mexicana de Futbol.
Ello podría derivar en el descenso inmediato del club. Sin embargo, esta situación no sorprende a Urdiales, quien recordó que Kuri omitió sus recomendaciones, independientemente de que no llegaron a un acuerdo laboral.
La intención de Urdiales, quien no podía dejar Monterrey, era ayudar y le propuso tres candidatos para que eligiera a uno y así poder asesorarlo mediante la persona que seleccionara. Pero Kuri ya no le llamó.
“Le propuse asesorar y apoyar con un ‘coacheo’ con asesoría y consultoría. Para esto le propuse a tres personas que se hicieran cargo del tema, pero no entrevistó a ninguna de esas tres personas, decidió otra cosa”, relató Urdiales a Mediotiempo.
“Se sintió respaldado con Enrique Meza cuando le dio el sí (como técnico) y ya no buscó a nadie que se hiciera cargo de la cuestión administrativa, de la dirección ejecutiva del club”.
El directivo más ganador en la historia de Rayados prefirió no revelar los nombres de esas tres personas, pero sí comentó que habían tenido experiencia en clubes de Guadalajara, Morelia y Monterrey.
Urdiales recordó que Kuri le aseguró que tenía cómo hacerle frente a las deudas, aunque no se veía claro en ese momento cómo ficharían refuerzos. “Le ofrecía meterme a analizar la situación y lo primero que le pedí era que definiera de qué recursos disponía para resolver el tema del pago que tenía que hacer en la Federación, los pagos que tenía atrasados que nunca supe el monto”, agregó.
“Me dijo que él los iba a cubrir, que tenía cómo hacerles frente. También se requería invertir una cantidad fuerte para los refuerzos. Al no tener preciso eso y no poderme mover de Monterrey, quedamos que él seguiría adelante”.
A la distancia, recuerda que siempre supo que había ciertas situaciones peligrosas que si no se manejaban bien iban a provocar una crisis como la que hoy ocurre. “Si hubiera asumido la responsabilidad, sabía que podía haber esos riesgos, decidí no hacerlo porque tengo compromisos en la ciudad de Monterrey; me pidió que lo manejara desde donde yo quisiera, en mi diagnóstico era que necesitaba una cabeza de tiempo completo en Veracruz que lo apoyara para resolver los problemas fiscales, financieros, económicos, etcétera”.
