En la playa de Miramar en la ciudad de Tampico, un perro fue abandonado a su suerte.
Sin embargo, en lugar de dejar que la tristeza lo consuma, decidió hacer algo bueno por los habitantes de la playa: ayudar a las pequeñas tortugas a llegar al mar de forma segura.
El perro se dedica a levantar a las tortugas que caen, empujarlas hacia el agua y llevarlas en su boca cuando es necesario. También se asegura de alejar a las gaviotas que amenazan con llevárselas. Y para completar su día, patrulla la playa para asegurarse de que todas las tortugas lleguen a salvo al mar.
Este acto de bondad y compasión muestra que los animales pueden ser más humanos que nosotros en ocasiones.
Después de todo, a diferencia de los humanos, los animales no juzgan, no discriminan y no dañan intencionalmente a otros seres vivos.
En lugar de ello, siguen su instinto natural para cuidar y proteger a otros. Deberíamos tomar nota de este ejemplo y aprender a ser más como los animales en nuestra forma de tratar a los demás y cuidar de nuestro planeta.
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