Las Choapas, Ver.
Juan Manuel Jiménez García.
La fusión entre el maíz y el cacao, dio como resultado una mezcla ancestral llamada pozol, bebida de los Emperadores Olmecas, que al paso de los años se convirtió en base de la alimentación del sureste del país y parte de Centroamérica.
Originaria de Tabasco pero por la cercanía con este estado, en nuestro municipio fue adoptado como suyo, la receta original era maíz y cacao molido, con la conquista de los españoles, se le agregaron otros ingredientes como la vainilla, azúcar de caña que le dio un sabor especial que hizo que fuera consumido por todas las clases sociales.
A pesar de la comercialización de las bebidas embotelladas, se pensaba que estaba cerca la desaparición el pozol, pero gracias a que los padres compartieron esta tradición, logró llegar a nuestros días y en la actualidad existen decenas de negocios que se dedican a preparar esta bebida.
Uno de los lugares tradicionales se encuentra sobre la calle Jinicuil de la colonia Aviación, a unos cuantos pasos del campo de la Cuevita, el establecimiento se llama pozolería San Judas Tadeo, aquí puede encontrar el auténtico pozol tabasqueño, ya sea que lo pida con azúcar o amargo como se estilaba hace algunos ayeres.
Pero aprovechando la gran variedad de productos que existen en el mercado, en este lugar, el pozol se combina con cacahuates, cajeta, choco mil, rompope, nutella, amaranto, vainilla, coco y horchata, dándole un sabor inigualable.
La tradición marca que se debe de tomar en jícaras naturales, pero como este árbol está a punto de extinguirse en la región, esta bebida se puede disfrutar en cómodos vasos de unicel la cual no demerita el sabor de esta mezcla prehispánica.
Los románticos a esta bebida, pueden también pedir solo la masa para que en casa se deje unos días en el refrigerador para luego tomar la bebida con ese sabor peculiar de antaño, no por nada en los escritos de los conquistadores españoles se pueden apreciar escritos donde describían a esta mezcla como la bebida agria de los indios, que los hacía resistentes a las altas temperaturas de la región.
“Tenían por costumbre especial los indios chontales no comer sino sólo beber, y si comían era muy poco, y bebían una bebida que se hace de la moneda suya, que es el cacao, de suerte que se hace un brebaje algo espeso, el cual es grande mantenimiento, y asimismo otro de maíz cocido que se dice pozol… hacen alguno de esto acedo para beber con los calores, porque es fresco y esto es lo más sano”.
Pero no solo los españoles escribieron sobre este alimento, existen escritos de piratas que también mencionan esta mezcla, como es el caso del holandés William Dampier que señaló lo siguiente:
“Si viajan dos o tres días cargan con un poco de este maíz molido, envuelto en una hoja de plátano, y con guaje a la cintura para hacer su bebida; no se preocupan más por vituallas hasta que vuelven a casa. Esto se llama posol; poorsoul para los ingleses. Es de tanta estima que nunca falta en sus casas”
Cabe señalar que comunidades enteras no solo de Tabasco sino de estados vecinos como Veracruz, Chiapas y Oaxaca, el maíz y el cacao fue la alimentación de varias generaciones hasta hace unos cuantos años cuando la civilización llegó de lleno a estos lugares.
Hoy en día por las calles de Las Choapas, a la sombra de casas o arboles es costumbre ver que la gente mitigar su sed con esta bebida, derrotando al tiempo y la modernidad y perseverando con la fuerza de los dioses olmecas la bebida de sus hijos.
Para honrar la bebida de nuestros padres les compartimos el poema dedicado al pozol de autor anónimo:
“Cuando el sol derrite su esplendor sobre el edén y comienza a sofocarnos, es hora de escudriñar con la mirada alrededor hasta encontrar a la persona que vende las aguas y pedir una bebida de persistencia cultural, agua fresca de pozol que se bebe a la salud de la tradición”.