Uno de los grandes problemas que ha enfrentado la Federación Mexicana de Futbol en los últimos años han sido las multas de la FIFA por el grito homofóbico que se ha escuchado en los partidos de la selección tricolor tanto en suelo mexicano como en Estado Unidos.
Y es que lo que empezó como una burla, fue catalagado por la FIFA como un comportamiento racista, y aunque la FMF ha tratado de erradicarlo con diversas campañas, el aficionado no termina de entender. Partidos se han detenido, aficionados han sido retirados de estadios, pero según sea el resultado en algún juego de México se llega a escuchar el grito.
En Estados Unidos la selección mexicana disputa varios partidos amistosos, por el contrato que tiene con la empresa SUM y que significan un gran ingreso para la Federación Mexicana de Futbol, pero en ese país ese tipo de comportamientos son más vigilados y también tienen castigos más drásticos.
La US Soccer está dispuesta a erradicar de sus estadios ese tipo de comportamientos, no quiere que se les tenga en el foco por una actitud que ni siquiera es generada por sus aficionados y ha tomado la decisión de que si en algún partido que se celebre en alguno de sus estadios si se llega a dar ese tipo de comportamientos el juego en disputa podría cancelarse y habría un veto de dos años para el equipo infractor.
Esta medida afectaría sobre manera a la selección mexicana y a la empresa SUM, pues por más esfuerzos que han hecho no terminan de controlar a la gran cantidad de aficionados que se dan cita en algún juego del equipo Tricolor.
No se trata de un tema menor, pues la FMF sabe que muchos de sus recursos dependen de ese tipo de partidos que le dejan una gran derrama económica, por ello, desde hace unas semanas han tenido reuniones de trabajo con la Federación de Estados Unidos para encontrar una manera de erradicar el grito homofóbico.
