¡Indignación, sicario asesina a un niño!

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José Eduardo a quien perseguían, usó de escudo a un niño que fue asesinado junto con él

LAS CHOAPAS, VER

REDACCION

La guerra entre bandas rivales que se dedican a la venta de drogas y el control de la plaza, dejó como saldo dos personas asesinadas a balazos, entre ellos un niño de 8 años, que fue usado como escudo por el sujeto que iba huyendo del par de sicarios que lo seguían, sin embargo, el sicario no perdonó la vida del niño y le dio un balazo en el corazón,

quien estudiaba el tercer grado de primaria.

Ya se había salvado tres veces.

José Eduardo García Drullut, de 26 años, tenía su domicilio en la calle Encinos de la colonia La Sabana, ya se había salvado en tres ocasiones de ser asesinado, la primera ocurrió el 28 de enero de este año, cuando un sicario  lo encañonó para matarlo, nada más que el arma se encasquillo y se salvó de morir, por lo que denunció a su agresor y dijo que  era quien andaba matando gente en el municipio.

Tres días después de su denuncia, Arias Moreno fue detenido por la policía estatal, quien le disparo junto con otro sujeto con el que andaba, por lo que fue puesto a disposición de las autoridades ministeriales, quienes los dejaron en libertad.

El 4 de marzo de este año, un par de sicarios en motocicleta llegan al domicilio de José Eduardo, con la finalidad de matarlo, pero en lugar de él, le dan a su padre Víctor García Trinidad, quien muere producto de varios balazos y minutos después de que matan a su padre, el sicario le llama,  para decirle que se salvó y le daba su sentido pésame, pero ue para la otra no se salvaba.

La tercera vez, que lo quisieron matar fue el 17 de abril en la calle Morelos de la colonia Ignacio Zaragoza, en donde un día antes ya lo habían tanteado que ahí estaba, por lo que el domingo dos sujetos con armas de fuego arriban al domicilio, pero no lo ven en la vivienda y disparan contra  tres jóvenes que estaban libando en la vivienda.

José Eduardo, se salva por tercera vez, ya que estaba en el cuarto con una de las hijas de la propietaria de la vivienda, por lo que al lugar llegan personal de la policía municipal, se llevan a los 3 lesionados, más tarde llega la policía estatal y José Eduardo, sigue encerrado sin salir, pero dos horas después de los hechos, al ver que ya no estaban las corporaciones policiacas, se va de la vivienda, llevando con él a su pareja y una mochila con un cargamento de yerba verde en su modalidad de marihuana.

El antes citado, no contaba que la policía seguía haciendo recorridos y en la esquina de la calle Héroes de la Independencia, casi con 20 de Noviembre, los uniformados lo detienen para una revisión de rutina y como lo ven nervioso, con mayor razón lo revisan y le encuentran el envoltorio de marihuana que en un principio se pensaba que era como kilo y medio, pero eran cerca de 5 kilos, por lo que lo llevan a los separos preventivos.

Lo ponen a disposición del Ministerio Público Federal trasladándolo a Coatzacoalcos, por el delito de narcomenudeo, ya que la cantidad de droga no es para un adicto, por lo que tras pagar una fuerte “cantidad de dinero” como fianza, queda en libertad el martes por la noche y para festejar su libertad, el miércoles por la tarde se embriaga con su pareja y otra persona más.

Como estaba de escandaloso en la vía pública, fue detenido junto con sus dos acompañantes, lo llevan a los separos y el jueves por la mañana alrededor de las 11 horas queda libre, ya que pagó su  multa económica y tras firmar y colocar sus huellas en el documento de que le habían entregado su ropa, manifiesta que traía prisa, ya que traía las horas contadas.

Mientras firmaba, una persona le pregunta si la droga que le incautaron era de él y responde con una risa, “No era mía, por eso quede libre” y se ríe, pero luego en tono serio responde “Si era mía, yo a eso me dedico vendo droga, a veces me toca ganar, a veces me toca perder, otras regalarla, así es este negocio”, por lo que sale de la comandancia y se queda viendo para todos lados a ver si alguien lo observaba y se pierde en la calle 5 de Mayo.

Ya no se salvó, pero se llevó a un niño

Este viernes, José Eduardo, que algunas personas conocían como “Panucho”, ya sentía cerca la muerte, por lo que desde temprano andaba haciendo una colecta entre sus conocidos, ya que les afirmaba que se iba a ir lejos, por lo que en la calle Damián Carmona, esquina con 20 de noviembre, una camioneta cayó en el hoyanco y ahí se puso a ayudar empujando para sacarla, por lo que por la ayuda de premio le dieron 20 pesos.

Andaba en una bicicleta color azul, por lo que siguió su camino para andar buscando dinero, entre las calles de la colonia La Sabana, por lo que llegó a la calle Naranjos, esquina Mulato, alrededor de las 9:50 horas en donde al ver que lo perseguían dos sujetos en motocicleta, que le dispararon en la calle, realizando 5 disparos con arma calibre 9 mm.

De los disparos el asesino falló los cinco impactos, por lo que “Panucho” se metió a la tienda de abarrotes, donde jugaba un niño de nombre Yosmar Emmanuel Sánchez Ramos, quien se quedó desconcertado por lo que pasaba, por lo que “Panucho”, cargó al niño y lo uso como su escudo humano, quizás para “ablandar el corazón” del sicario y no le disparara.

Pero el sicario, ya llevaba la consigna de matarlo y también le disparo al niño que recibió el balazo en el corazón, por lo que el pequeño salió de la tienda caminando, dio unos pasos y cayó en el patio, su abuelita Reyna Monrroy Santos, vio al niño que sangraba y le pregunto “Papito que te paso”, volvió el niño a levantarse y cayó en el interior de la vivienda, en donde su abuela, lo abrazo y estalló en llanto por lo ocurrido.

En tanto, el sicario remataba con tiro en la cabeza al “Panucho”, que en total recibió seis disparos, quedando tirado sin vida dentro de la tienda de abarrotes, ya habiendo cumplido su encargo, el sicario salió de la tienda y se montó a una motocicleta donde ya lo esperaba su cómplice, huyendo a toda velocidad.

El menor no tenía parentesco con el ejecutado

El menor de 8 años, estudiaba el tercer grado en la escuela Vicente Lombardo Toledano, del turno vespertino y a decir de su abuela, era el mayor de sus nietos, era un niño muy alegre que llegaba seguido a visitarlos a ella y a su abuelo Teodoro Sánchez Díaz, inclusive ella le decía “Papito no vengas tan seguido, es que te asoleas mucho”, pero el menor le decía que no importaba que él le gustaba ver a sus abuelos.

Al poco rato de esta tragedia llegaron los padres del menor, Ángela Ramos Jiménez y Antonio Sánchez Monroy,  la madre del menor embarazada le aviso a sus demás familiares, quienes llegaron al lugar, algunos de ellos pidieron permisos en sus trabajos, para darle apoyo, por lo que consternados no creían la pesadilla que estaban viviendo.

En el lugar también llegaron muchas personas de curiosos, algunos expresaban su malestar sobre la muerte del menor, señalando que no se vale, que hayan matado a un niño con mucho futuro por delante, que al adulto estuvo bien, porque andaba en cosas malas, pero el niño no.

Madre de “Panucho” ya había pagado su funeral

En lo que respecta al “Panucho”, su madre ya había pagado su funeral, pensando en que alguien más de su familia podría llegar a perder la vida, ya que el 4 de marzo perdió la vida su esposo, ese mismo día murió su suegra -la madre del extinto Vicente García Trinidad- por lo que hizo trato con el propietario de una funeraria para  pagar por adelantado los servicios funerarios, por lo que se llegara a ofrecer, ya que ella junto con sus demás hijas se fue al norte del país.

Al lugar de los hechos llegaron las policías municipal, estatal y ministerial, además de los elementos de la Sedena, quienes acordonaron el área, en donde minutos después llegó personal forense para levantar los casquillos y realizar las diligencias que corresponde al caso, siendo los cuerpos trasladados a dos funerarias, una en donde el cuerpo del “panucho” su madre ya había pagado los servicios y otra donde fue llevado el menor.

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