Expertos señalaron que las células cancerosas tienen en sí mismas unas “semillas de su propia destrucción”
Expertos de las universidades de Harvard, MIT y Universty College de Londres han realizado una ambiciosa investigación que ha dejado resultados esperanzadores para las ciencias de la salud.
Un descubrimiento en la composición genética de los tumores podría ser la puerta a los tratamientos individualizados del cáncer. A partir de estudios en cáncer de pulmón y piel, han podido hallar que cuando los tumores se propagan por todo el cuerpo, llevan consigo una especie de marcadores biológicos que el sistema inmunológico puede usar para atacar el tumor.
Dichos marcadores, señalan en su estudio, mismos que solo se encuentran en células cancerosas, proporcionan lo que los científicos han descrito como “objetivos exquisitos”, basados en el poder del sistema inmunológico del propio afectado para combatir el cáncer. Así, tras encontrar evidencias, comprobaron que existen algunos tipos de cáncer que contienen en sí mismos semillas de su propia destrucción, algo que permitiría tratamientos específicos acorde con los sistemas inmunes de los pacientes.
El trabajo, publicado en la reconocida revista Science, además describe que los pacientes han puesto en marcha reacciones inmunes contra el cáncer, pero los ataques no tenían la suficiente fuerza para destruir las células malignas.
“Lo que hemos encontrado es que los tumores siembran esencialmente las semillas de su propia destrucción. Y que dentro de los tumores, hay células inmunes que reconocen esos marcadores que están presentes en todas las células del tumor “, explicó Charles Swanton, un experto en la revolución del cáncer que dirigió uno de los estudios más recientes en el instituto Francis Crick de Londres.
Se abren caminos contra el cáncer
El trabajo plantea dos posibles caminos en el tratamiento del cáncer. Un primer camino sería hacer una biopsia del tumor, leer su genoma y averiguar qué marcadores están presentes en las células malignas. De encontrar células inmunes, se podría multiplicar en el laboratorio para luego introducir en el paciente para atacar más agresivamente a las células cancerígenas.
Un segundo camino plantea usar estos marcadores en una vacuna contra el cáncer.
Así, Swanton espera poder llevar a cabo el primer ensayo con pacientes con cáncer de pulmón en dos o tres años.
Los científicos no tienen claro si el tratamiento va a funcionar pero confían en usar una “medicina personalizada” y creen que será más eficaz en cánceres con una gran cantidad de mutaciones: melanoma y cáncer de pulmón asociado al tabaco.
No obstante, también se plantean continuar la investigación con cánceres con menos mutaciones como el de próstata, vejiga o páncreas.
Con información de Clarín