Privatizaron hasta un caldo de pollo, proporcionar una ambulancia, el servicio o de lavado.
Ciudad de México
La corrupción en el ISSSTE con Miguel Ángel Yunes Linares es uno de los casos mas extremos y a diecisiete meses de haber iniciado su reestructuración no se ha podido erradicar.
Fue el ex presidente Felipe Calderón quien entregó la administración del ISSSTE a Elba Esther Gordillo, por el apoyo de su campaña, “por eso llegó a Miguel Ángel Yunes, aunque luego se distanciaron”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que en el sector salud, uno de los casos más extremos de corrupción, fue el Issste donde se metió hasta la médula. A pesar de que van 17 meses de reestructuración institucional no se ha podido terminar porque ha costado mucho enfrentar las resistencias al interior de esa institución.
Al respecto, la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez -responsable del proceso de reestructuración del Issste- dijo que cuando llegaron, se encontraron con una institución plagada de “corrupción, conflictos de intereses, fraude, involucramiento de autoridades de ex servidores públicos que habían sido directivos que ahora son propietarios de empresas que dan servicios al Issste. Ahora están en desacuerdo con políticas públicas implementadas por el actual gobierno porque se han detectado fraudes hasta por 15 mil millones de pesos.
Rodríguez dijo que se redujo a la institución a un cascarón porque “la mayoría de los servicios del Issste eran privados, no eran del propio gobierno federal aunque se pensara que sí”. Hasta la elaboración de un caldo de pollo, proporcionar una ambulancia, el servicio o de lavado se fue privatizando hasta convertir al Issste en un cascarón.
“’¿Que es propiedad del Issste? Las instalaciones, el servicio de médicos y enfermeras”, aunque hay procedimientos donde “se le contrata a un integrador y se le contrata pero el personal es del Issste. Mejorar servicios.”. Dijo que la meta es superar el nivel de satisfacción de recetas de los pacientes que actualmente es del 86 por ciento, aunque en muchos casos es del 75 por ciento o 50 por ciento de las medicinas que se requieren en esas recetas.