Las Choapas, Ver.
Juan Manuel Jiménez García.
Empiezo el siguiente reportaje con esta frase que resume la historia de Lupita:
Los ancianos que quedan abandonados por sus familias pueden acarrear la más desalentadora de las soledades para estas personas: Es lamentable el olvido que tiene la sociedad con gente de la tercera edad, ellos son personas, historia y conocimiento, personas que nos pueden entregar una infinidad de sabiduría y cosas útiles, tanto para el desarrollo propio, familiar y de la sociedad con una visión de fortalecimiento de la misma.
Guadalupe Cacho Hernández, no sabemos su edad porque no cuenta con una identificación oficial, llegó a la Terminal de Autobuses de segunda clase de la Línea Uxpanapa el pasado viernes, lo hizo desde temprana hora y en el trascurso del día deambuló por todas las instalaciones, las personas que la vieron pensaban que era una pasajera y que en cualquier momento tomaría su autobús.
Al llegar la hora de cerrar la terminal, los encargados se percataron que Lupita se encontraba en una de las bancas de la sala de espera… durmiendo, la levantaron y le informaron que estaban a punto de bajar las cortinas y cerrar las entradas, que no podía quedarse ahí porque en las noches es peligroso.
Lupita les dijo que se dirigía a Cuichapa donde cuenta con familiares pero que no sabía cómo hacerlo, las personas que se acercaron a ella le comentaron que escribiera el nombre de alguna persona de ese lugar para tratar de localizarla, fue así que a través de una cartulina y de su puño y letra escribió su nombre Guadalupe Cacho.
Pero a pesar que el mensaje estuvo en las redes sociales, no pudo ser posible localizar a los familiares, ante esto los encargados de la terminal pertenecientes a las familias Cruz Priego y Cruz Montiel de este municipio, decidieron brindarle alojamiento y alimentos en su hogar.
Fue así que esa noche del viernes Lupita pudo degustar una rica cena y dormir en una cálida cama, con la esperanza que sus familiares vinieran por ella, esa noche no sucedió el milagro y seguramente con una tristeza infinita se fue a dormir.
Para la mañana del sábado, toda la familia que le dio hospitalidad a Lupita se levantaron temprano, prepararon un chocolate caliente para su invitada, mientras desayunaban, platicaban con ella para saber más datos que permitiera localizar a algún conocido o familiar, pero por su edad no se acordaba de muchas cosas y solo repetía que quería ir a Cuichapa.
Ese mismo sábado “familiares lejanos”, así se hicieron llamar, vinieron desde la comunidad de Tlacuilolapan del municipio de Moloacán, pero de manera tajante le dijeron a la familia Cruz Priego que no podrían llevarla porque no tenían los medios para mantenerla y avisaron que Lupita había estado en un asilo para ancianos de la ciudad Cárdenas. Tabasco.
A través de llamadas se logró contactar con personal del sistema DIF de aquella ciudad tabasqueña, pero al igual que sus familiares la respuesta fue dura, “no trabajamos hasta el martes porque ahora es puente por el día festivo”, es decir, como si se tratara de un asunto que pueda esperar y no de una persona se negaron a atender el llamado.
Mientras tanto Lupita que según sus palabras no quiere ser una carga para nadie, lavaba sus ropas y cuando se cansaba veía películas de la época de oro del cine mexicano, quizás recordando tiempos que tiene grabados en su mente y que la hacen reír de vez en cuando.
A pesar que por momento habla cosas sin sentido, Lupita es una persona lucida, con un lenguaje fluido y suelta palabras con seguridad, ella misma realiza su higiene personal, no necesita bastón porque puede caminar bien, se pasan largas horas escribiendo en manuscrita cartas a los pastores de iglesias donde alguna vez perteneció.
Para el domingo se presentaron familiares de Lupita de Villa Cuichapa, para esto la presión en las redes sociales tanto para la familia como para las autoridades era de malestar, venían con la intención de trasladarla de nueva cuenta al asilo de ancianos, pero la familia que le había brindado posada a la abuelita, pedía que estuviera presente alguna autoridad.
En ese momento llegó la directora del Sistema DIF municipal de Las Choapas Adolfina Morales Mayo, antes que nada agradeció a estas personas altruistas que le brindaron la protección y la alimentación a Lupita, después de estar conversando con ella, la abuelita accedió a irse a las instalaciones del DIF, para posteriormente realizar los trámites y llevarla a Cárdenas.
No podemos decir que esta historia tuvo un final feliz, no sabemos cosas de la vida de Lupita, pero lo que si sabemos es que nadie, en los últimos días de su existencia puede estar solo, en la mirada de esta anciana hay sentimientos de soledad, de amargura y aunque sabe que en ese asilo estará mejor, no deja de pensar en lo bueno que sería contar con la compañía de algún familiar.
Lupita solo estuvo tres días en esta ciudad, pero nos deja una sensación de impotencia y malestar, una porque consideramos que es injusta la vida con algunas personas, otra porque puede ser un espejo en donde cualquiera de nosotros nos podemos reflejar.