Por El Bicho Politicón
No hay que ser un genio para darse cuenta que algo no funciona a nivel gubernamental, lo que pasó en los recientes cambios de gobierno ha sido un robo en despoblado, se trata de millones de pesos de los contribuyentes que acabaron en las bodegas de muchos alcaldes salientes.
Como una mala broma, en la bodega de Villa Cuichapa solo encontraron dos picos y una pala, no hay edificio municipal que no se encuentre en ruinas, ¡vaya!, hasta el edificio de la presidencia tiene hace agua por todos lados.
Parece una burla de cara a la sociedad que el alcalde saliente se haya autonombrado como el “mejor alcalde en la historia de Moloacán”, ¡caray!, vergüenza debería darle al mequetrefe que dejó al municipio hecho una ruina, endeudado, con obras mal hechas y un sinfín de pendientes por hacer.
De buena fuente sé que se está documentando el caos heredado, existen elementos más que probatorios de una administración no digo mala… ¡pésima! Es como si nunca hubiera existido gobierno, prácticamente no hay camino, calle o carretera que no esté en muy mal estado.
La situación general del municipio es que se encuentra en ruinas, conocido el diagnóstico, el trabajo de la nueva administración es titánico, es casi milagroso ver, cómo los eventos que se han realizado en estos primeros días de manera exitosa, la gente ha quedado francamente contenta con lo que se les ha presentado.
El cambio se siente y la gente lo percibe, por más que los lamebotas del trácala saliente lancen sus ataques… el Gobierno con Nueva Actitud es una realidad.
Moraleja: “como ratas entraron y como ratas se fueron”.
Pues eso.
