San Juan Evangelista, Ver.
Horrible tragedia la de una familia, luego que su hijo de escasos seis años de edad, muriera bajo las pesadas llantas de una camioneta tipo caja, la cual era conducida de reversa por un imprudente conductor, que sólo se detuvo cuando escuchó el seco sonido de la camioneta impactando algo, al bajar, vio que era el cuerpecito de un pobre inocente que sólo jugaba con su bicicleta en la calle.
Estos lamentables hechos se dieron en la calle principal de la comunidad de Villa Guerrero, distante unas dos horas de la cabecera municipal, donde una pesada camioneta con caja seca, al ser conducida de reversa impactó a dos niños, hermanitos ellos, que iban en su bicicleta cruzando la calle, quedando las dos bicicletas debajo de la pesada unidad mientras que el cuerpo del más pequeño, un niño de seis años de edad, quedaba también bajo las llantas de la pesada camioneta.
La hermanita logró salvar la vida al quedar su bicicleta atorada en la parte de atrás de la unidad.
De acuerdo a los datos aportados al respecto, los dos hermanitos iban en su respectiva bicicletita sobre la calle Victoria de la comunidad de Villa Guerrero, en una pendiente abajo, con dirección a su domicilio, luego de haber ido a la tienda a comprar unos cohetes, chispitas y cerillitos, sabiendo que la dichosa calle es poco transitada por unidades automotoras.
Sin embargo, en esos momentos una camioneta tipo caja, conducida por el oluteco Luis Robles Escalante de 58 años de edad y con domicilio conocido en la calle Álvaro Obregón del predio Juan Blanco de Oluta, echaba reversa sin que el chofer espejeara y sólo se detuvo cuando escuchó como algo o alguien se estrellaba en la parte trasera de la camioneta. Al momento frenó para bajarse y ver qué había pasado.
Con profunda tristeza y dolor comprobó que al lado del camión, tirado estaba el cuerpecito de un niño que más tarde supo tenía seis años de edad, arrojando sangre por la boca al ser parcialmente reventado por dentro, al ser aplastado por la llanta trasera.
Debajo de la pesado unidad también quedó una pequeñita, hermanita del hoy finadito, quien salvó la vida de puro milagro, siendo llevada por sus familiares hacia su domicilio para ser atendido.
De los hechos tomaron conocimiento las autoridades ministeriales, ordenando el traslado de la unidad al corralón mientras que el conductor de la misma se entregaba solo a las autoridades, indicando que cómo podría huir si los niños le recuerdan a sus hijos, cuando eran pequeños.
El cuerpecito mientras tanto fue levantado por el perito criminalista y trasladado al servicio médico forense de la ciudad de Acayucan para después ser devuelto a sus familiares, principalmente a su padre Emilio Hernández Flores de 29 años de edad, quien estaba desolado por tan triste situación.