Guevara M. y E. Ramírez Vargas.
Desde Villa Cuichapa, Ver.
Se acercan vertiginosamente los cierres de campañas, en esta ocasión serán electos, Presidente de la República, el único quien no tiene suplente ya que éste es el Presidente de la Suprema Corte de Justicia por ministerio de Ley, ya que en México hay tres poderes. El Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo. también será electo el Gobernador del Estado, Así como los Senadores, Diputados Federales y Diputados Locales, la elección del Domingo 01 de Julio será una de las más intensas en donde seguramente sabremos del resultado poco después de la media noche, primeramente contarán los votos de Presidente, Senadores, Diputados Federales por parte del INE. Y por parte del Ople se contarán los de Gobernador y Diputados Locales. En Veracruz llamada la cuarta fuerza electoral está la esperanza de los 4 candidatos, mientras que para la gubernatura, las encuestas señalan que hay “empate técnico” entre tres de los contendientes. Ahora bien, Doña Viña llegó a hoy Villa Cuichapa, en la década de los años 40, con su esposo Don Leonardo a quien cariñosamente llamábamos Don León, ella era de nacionalidad Cubana, aunque llegó del Estado de Tabasco con su pareja, vivieron en el callejón donde vivió Don Indalecio Hernández López(+), fue su vecina, mis recuerdos de esta pareja es por su manera de ser de ambos, personas alegres dicharacheras, porque cuando los dos se tomaban sus copas, ella se ponía a bailar y Don León enojado por la manera de ser de Doña Viña se iba y la dejaba sola, por lo cual Doña Viña sola llegaba a la terraza de Don Raúl Vera a echarle dieces a la rokola y bailar al ritmo de la huaracha que en ése tiempo tocaba el Trío Matamoros, Albertico Beltrán y Beni Moré, y las de moda eran “El gallo tuerto”, “Micaela”, “El bobo de la yuca”, que a la fecha no han pasado de moda, que le hacían recordar su tierra ya que ésos músicos eran cubanos, lloraba hasta cansarse, y seguía tomando, cuando le avisaban a Don León que ya Doña Viña estaba servida, tomaba su carretilla la trepaba en esta y la llevaba a su casa, cabe mencionar que Doña Viña era una persona muy trabajadora ya que a veces trabajaba en el molino de Doña Tana la que fuera esposa de Don Pablo Pinzón, y después con Doña Polita que estaba en la hoy esquina de Justo Sierra y Lázaro Cárdenas, a Doña Polita le decían “Kid Polilla” porque se daba abasto para dar de comer a todos los comensales en su comedor, que eran varios, y Doña Viña era la encargada de hacer los guisos cubanos, como el arroz, que guisaba con cerveza y ostiones, muy rico, además de otros platillos exquisitos, “el mogo mogo”, que también hacía Doña Brígida Cruz, esposa que fuera de Adelaido Ramos Morales (+) madre de Tina (+), Zoila, Olga (+), María (+), Alberto (+), Ángela, los Dres. Bernardino y Enrique Ramos Cruz (+) y Jesús, que había aprendido allá en su lugar de origen a orillas del Río Uxpanapa, donde hubo muchos cubanos, Doña Viña no estuvo mucho tiempo en éste “Mi Rincón Veracruzano”, la fiebre del oro amarillo se la llevó a Jáltipan, Por cierto quién dedicó varios de sus pensamientos a la República de Cuba fue Don Manuel Sastré González (+) quien el pasado jueves falleció allá en Agua Dulce, Don Manuel en varias ocasiones nos recibió en su casa allá en la Colonia Allende en especial cuando lo visitábamos acompañado de Don Jorgito Ramírez Morales, ya que eran grandes amigos, nos comentaba Jorgito que de niños él y su hermano Benito iban a cortar aguacates, Benito fué jefe de perforación y lo apoyó mucho, tenían una hermana, eran varios, se llamaba Martha, no sabemos si aún viva, su esposo fue Astolfo Garza, Don Salvador era su padre, que en el 1½ se juntaba la chamacada, ahí por donde vivía Don Remedios Magaña y Don Pancho Adriano, además del Abuelo Petronilo Sánchez, eran ésos tiempos de Agua Dulce, a Don Manuel lo recuerdo con ésta inspiración: ”A la Vejez”. Yo encuentro en la vejez la paz de un lago/ en cuyo espejo, el rostro se retrata./ En él se manifiestan los estragos/ del tiempo inexorable que nos mata./ Es la Ley de la vida la que acata/ del equilibrio, el celestial mandato./ Tenemos que morir ¡Oh suerte ingrata!/ Para que otros subsistan otro rato/ ¡Envejecidos, tercos y cegatos!/ Lastimando al juanete los zapatos/ vamos por este mundo en procesión./ Y a quien nos brinda su afectivo trato/ su comprensión, su sentimiento nato/ le damos sin pensarlo ¡El corazón!… Descanse en Paz… El Poeta de Agua Dulce… Pasando a otro tema les diremos que casi toda la familia nació en Filisola, el primero que llegó a éste “Mi Rincón Veracruzano” fue Facundo, quien puso una carnicería, con el paso del tiempo comenzó a trabajar en Pemex, después vino Wilfrido directamente a Pemex como trabajador de planta en producción, posteriormente legó Bernardo y se hizo cargo de la carnicería que estaba donde hoy está el Salón Corona, Bernardo le compró la planta a “El Pájaro” en $300.00 y dejó la carnicería, al tiempo Luis y Facundo pusieron de nuevo la carnicería en la casa donde aún está la “casa de yagua”, Que mandó a hacer Margarito, y vendía carne de cerdo, Bernardo se llevó a Luis a su rancho “El Lucero”, Onésimo trabajó en Pemex, pero se fue porque en una ocasión estaba tomando en la cantina de la Teca Celia, frente al hotel Real, y le pidió una cerveza a la Teca Flora, y la Teca le recordó el 10 de Mayo, Onésimo le pegó una bofetada que le arrugó la cara, al tumbarle los dientes y romperle la nariz, y se fue a Reynosa, Tams, donde al parecer se quedó, ya que solo venía ocasionalmente, Margarito era de Planta en Las Choapas, no recuerdo si permutó con un señor de apellido Zamudio que al parecer era tubero, Margarito ascendió a balancinero, y por su amistad con el Ing. Santamaría que era Jefe de Zona fue ascendido a Jefe de Producción, ya de confianza, en ése tiempo el Campo Cuichapa era superintendencia y el Jefe era Don Roberto Rodríguez Montes (a) El Chaquiste, apodo que le endilgó Manuel Toache Medina, Margarito fue un trabajador muy responsable que realmente quiso su trabajo, y como jefe siempre estaba pendiente de todo lo que se hacía y sus subalternos, al igual que Bernardo, gente que querían a Pemex porque en ese tiempo realmente Pemex era de los mexicanos, y ellos estaban al Servicio de la patria, después de Margarito, vino Silverio y Don Martín, que turneaban en Pemex, lo que hoy ponemos a la luz era que Silverio fue una persona admirable, puesto que no era preparado y a pesar de eso fue un gran maniobrista cuyos trabajos siempre fueron calificados de excelentes por los altos jefes de aquel entones, Silverio González no necesitaba de maquinaria para hacer sus maniobras, ya que él utilizando su inteligencia hacía de las maniobras algo rutinario, cuando se carecía de grúas, Malacates o winches, es decir sus maniobras eran rústicas, con tubos, llaves cadena, stilson, roles, reatas, cables, tablas, cochinas (calzos), y nunca repetía la maniobra, siempre quedaban a la primera, en base a eso, Silverio se hizo de planta con la ayuda de su hermano Margarito y su experiencia, llegó a ser malacatero, solo que al firmar su planta la firmó como Cabo de la Cuadrilla “F”, misma categoría donde se jubiló, entre las anécdotas de Silverio hay una: él era un gran cocinero de Barbacoa, la hacía muy sabrosa, y en una ocasión uno de los comensales solicitó que le sirvieran un pedazo de lengua, pero esta nunca apareció, pasó la fiesta y le preguntaron días después a Silverio que la lengua no había aparecido y el sin inmutarse les dijo, claro, no apareció porque la canija vaca… era muda… y punto… a través del tiempo se trajeron a Don Victoriano y Doña María, Gabino era el más chico de la dinastía, que también inició a trabajar en Pemex, pero ya no se hizo de planta ya que tuvo un accidente en Perforación, en México conoció a su esposa, lo indemnizaron, se fue hace unos años falleció, Si no mencionamos a Wilfrido, simplemente no lo hacemos por ése respeto que siempre hemos tenido para todos los que fueron gente de trabajo, que se hicieron respetar gracias a su palabra, honestidad y sobre todo responsabilidad de sus actos, vaya nuestro respeto para la familia González Ramos, cuyos recuerdos aún persisten en sus descendientes, y no olvido que fueron varias las mujeres de ésta familia, a las que posteriormente mencionaremos como parte de nuestra gente. No se me olvida que me decía Don Silverio, “La mera verdad Leonardo, yo no sé qué cosa hará ésta gente después de que me jubile”… afortunadamente llegó la automatización y a los petroleros poco a poco los fueron eliminando, pero yo insisto, la perforación siempre será… Metate, sacáte y lávate el malacate… El jueves, dejó de existir en el seno de su hogar, una apreciada y distinguida Señora a quién tuve el gusto de conocerla desde muy pequeño; Doña Julia Lara Arenas, mi más sincero pésame a toda su familia por la partida de una verdadera dama. Descanse en Paz Doña Julia. Ya nos vamos, a todos los que cumplen años, nuestras más sinceras felicitaciones, a los que perdieron un ser querido, nuestro más sentido pésame y a los que contraen matrimonio, y los Juanes, felicidades, ahora sí. Adiós.