Por El Bicho Politicón
En la semana y en su columna del diario Milenio, el gran escritor Héctor Aguilar Camín ha hecho gala de su sabiduría y nos ha mostrado que la corrupción es sistémica, es decir, está incrustada en la raíz del engranaje institucional y, por lo tanto, de poco sirve poner en la cárcel al corrupto en turno, si el mismo sistema está hecho para formar corruptos.
Porque no me diga que nadie se da cuenta del millonario desvío de recursos que se da en los distintos Estados o municipios. La misma PGR que ahora está muy preocupada en armar el expediente en contra de Duarte, fue omisa cuando la Auditoría Superior de la Federación le mandaba los informes de las anomalías en las cuentas del Estado de Veracruz y de otros tantos.
Tal parece que en México, los últimos en enterarse de que hay ladrones en los distinto niveles de gobierno son los encargados de perseguirlos, y como dice Aguilar Camín, desde el mismo gobierno se encargan de encubrirlos y cuando ya no le sirven al propio sistema, entonces son perseguidos.
Entonces, mientras las condiciones que permitan la formación de más Duartes, no se modifique, es decir, el sistema mismo, mañana saldrá otro y pasado mañana uno más y así hasta el infinito. Lo que me queda claro es que nadie está preocupado en modificar ese criadero de corruptos, en “arcas revueltas, políticos millonetas”.
Que nadie se sorprenda pues de que salgan más y más corruptos de las cloacas de la política, ya veremos quién sale embarrado.
Pues eso.
