Debido a la propagación del COVID-19, por el momento, se ha postergado el Gran Premio de China y ponen ultimátum al que se llevaría a cabo en Vietman
PARÍS.
Un clima de temor por el coronavirus y de suspicacias en torno a un acuerdo con Ferrari rodea la temporada de la Fórmula 1, que comienza el domingo con el Gran Premio de Australia.
El inicio de la temporada en Melbourne últimamente viene acompañado del interrogante acerca de quién puede frenar a Lewis Hamilton y a su equipo Mercedes. Pero la campaña de Hamilton en procura de un séptimo título (que le permitiría igualar el récord de Michael Schumacher) ha pasado a segundo plano.
Toda la atención la acapara el brote de coronavirus, que ya obligó a modificar el calendario, afectando al Gran Premio de China programado para el 19 de abril. Y no se sabe si el Gran Premio de Vietnam, la tercera carrera de la temporada, podrá llevarse a cabo el 5 de abril, como está programado.
Tal vez más que ningún otro deporte, la F1 está seriamente amenazada por la propagación del virus. Hay 22 carreras en distintos países y los organizadores de la competencia han creado un grupo asesor especial que analizará el estado de cosas cada dos días.