Daniel Cazarín Domínguez El panteon mmunicipal ya no tiene espacio
La ciudadanía se ve preocupada ante esta situación ya que las personas fallecidas son enterradas unos arriba de otros
Jairo Torres Luría
60minutos.digital
El señor Daniel Cazarín Domínguez mejor conocido como “El Tagua”, manifestó su preocupación ante este medio de comunicación acerca del problema que se observa en el panteón municipal de esta villa, el cual por la enorme cantidad de difuntos se ve abarrotado.
Actualmente este lugar alberga a miles de fallecidos y con el paso del tiempo cientos de personas por diferentes razones continúan abandonando este mundo, por lo cual el poco espacio con el que cuenta este lugar ya no es suficiente para seguirlos recibiendo.
Explicó que muchas personas con autorización de las autoridades municipales, están “enterrando” a sus muertos unos arriba de otros.
Para esto brevemente explicó, que hace algunos años atrás, cientos de personas fallecidas fueron enterrados pero no con la profundidad necesaria, porque había “suficiente” espacio y la población era menor en la villa, esto provocó que no se tomara con importancia a esta situación, y es ahora cuando se ven las consecuencias.
Actualmente por no haber otro panteón, los muertos son enterrados unos sobre de otros quedando las tumbas al aire libre, hecho que de acuerdo a las normas de salud no es adecuado, ya que todas las tumbas deben de quedar bajo tierra.
Señaló que es muy importante que las autoridades municipales comiencen a trabajar para dar solución a este problema, y es que como ningún ser humano tiene la vida comprada se hace inevitable que los fallecimientos se sigan presentando.
El entrevistado agregó que los integrantes del ejido Cuichapa, han hecho negocio redondo con muchos terrenos, tal es el caso de lo que hicieron con el terreno que ocupó la batería tres de Pemex, en cuanto fue desmantelada, fue lotificado y puesto en venta, sin tomarse en cuenta la necesidad de un panteón, espacios deportivos y recreativos.
Por lo cual argumentó que sería factible que los ejidatarios también colaboren y de encontrarse un espacio con las condiciones necesarias para funcionar como “campo santo” sea donado, ya que a simple vista se puede notar la preocupante situación.