Por El Bicho Politicón
Hoy quisiera comentar tres notas del ámbito regional para ilustrar la ‘ley de la selva’ en la que nos encontramos los ciudadanos de a pie. UNO, vecinos de Nuevo Teapa se manifiestan en las oficinas de la CFE para que les restablezcan el servicio de luz. Bien, uno pensaría que pagar por un servicio nos hace candidatos a que la empresa a la que le pagamos solucione los problemas propios del mal funcionamiento del servicio prestado.
Pues no sucede así, por estas tierras, además del reporte a la empresa, se tiene uno que juntar con otras 50-80 personas para ir a la empresa a exigir que hagan su trabajo. La versión de ellos es que son una empresa de clase mundial, ajá
DOS, en estas mismas páginas se dio cuenta de la muerte de un sujeto. Fue acribillado en una esquina cualquiera en Coatzacoalcos, hasta ahí parece cosa de la violencia de todos los días por estas tierras, donde se pone inquietante el asunto es que resulta que el tipo asesinado, días antes, había sido detenido en una casa de seguridad y estaba vinculado a proceso por delitos contra la salud, es decir, debería haber estado preso, ¿quién lo puso en la calle? Dicen que van a investigar qué pasó, ajá.
TRES, una niña de 15 años en Tabasco resulta muerta por una bala de “advertencia” de la policía, claro, los policías involucrados huyen del lugar sin dar parte a sus superiores y los mandos, antes de cualquier investigación, afirman que esos “heroicos” policías fueron agredidos por delincuentes y que respondieron disparando y huyendo (como indican todos los protocolos para eso) y que todo es culpa de la niña, para qué se atraviesa, sin embargo van a realizar las investigaciones pertinentes, ajá.
Pues como puede ver, “la ley de la selva” en todo su esplendor, ¿las instituciones? Bien, gracias. Gozan de cabal inutilidad, aunque claro que hay cosas que no se cuentan, pero cuentan mucho, porque como estos casos tenemos miles todos los días. Estamos moviendo a México por las profundidades del infierno.
Hay un abismo entre el discurso de las autoridades (desde el presidente de la República, hasta el policía municipal) y la ciudadanía en general, ellos crean sus propias realidades, no hace falta ninguna investigación para la resolución de los problemas, ellos ya “saben” lo que pasa en todos los asuntos, pero sobre todo: saben que no son culpables de nada… son impolutos. ¡SINVERGUENZAS!
Pues eso.