Por El Bicho Politicón
La semana pasada, el Peña fustigó a quienes vemos en todo la mano oscura de la corrupción, haciendo una revisión de mis escritos, creo que el 90% tienen que ver con actos donde la corrupción es la protagonista, así que señor Peña, soy de los que ven la corrupción hasta en el semáforo que se descompuso, porque más allá del desperfecto, seguro que en la licitación hubo alguna transa.
Porque, oiga usted, en este sexenio ni siquiera hace falta rascar mucho, la corrupción sale de las cloacas del poder y en todos los niveles, simplemente aquí, en Moloacán, una revisión por encimita de lo que son las finanzas municipales dan como resultado un gran cochinero, millones de pesos están bailando, obras de malísima calidad o fantasmas y un pésimo sistema de rendición de cuentas.
Porque algunos dirán, robó pero por lo menos repartió o dejó obras o trató pero no lo dejaron, pero nada de eso, el bandidaje fue descarado, porque yo no creo que las obras fantasma sean producto de que el presidente municipal es un ingenuo o que lo chamaquearon, que no me digan que las obras que duraron tres días son producto de que los engañaron.
Aquí ni siquiera hay gato encerrado, son tan cínicos que no les importa que la gente ya no los quiera, por más que se quieran lavar la cara con sus “manitas del amor”, ¿cuál amor?, puras transas, y se aferran a sus cuotas de poder, pero por lo menos con la ciudadanía consciente, ese poder ya no lo tienen.
Ya es hora de que vayan haciendo maletas y dejen trabajar a quien sí tiene ganas de hacerlo, a ellos se les dio la oportunidad, no la aprovecharon más que para hacer mal las cosas, por decir algo elegante, rescaten algo de dignidad y váyanse, la gente ya dijo basta, respeten la decisión popular.
Pues eso.