Por El Bicho Politikón
Después de que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda, presentó ante la Fiscalía General de la República dos denuncias contra Carlos Romero y seis de sus familiares, parecía que el largo brazo de la ley llegaría al corrupto líder petrolero, pero…
Después de que un juez (ignoro con qué argumentos) le otorgó una suspensión definitiva contra cualquier orden de detención, no cabe duda que cuando hay se tienen recursos económicos ilimitados te vuelves intocable.
Después del susto que se llevó cuando detuvieron al abogado de Peña, con quien comía alegremente la rata mayor del sindicato petrolero, dicen los que fueron testigos que Carlitos se puso pálido al pensar que el objetivo de la policía era él, tanto fue el susto que le tuvieron que controlar los altos niveles de azúcar.
Después de la suspensión otorgada por un juez, hay que esperar a que la UIF mueva sus fichas, aunque no hay duda de que parece ser sólo ruido ante la revisión del contrato colectivo de trabajo entre el sindicato y las autoridades de Pemex… el gobierno de Andrés quiere negociar a la vieja usanza, quiso mostrar su poderío al ventilar una investigación judicial en curso, pero es más que claro que el presidente no tiene el control que tenían los todo poderosos presidentes priístas.
Después de que termine la revisión del contrato, que se termina el próximo 31 de julio, ya veremos quién sale más fortalecido o si todo sigue igual, sólo que ahora el destino de los recursos que van y que vienen será el nuevo PRI, es decir, Morena.
Porque parece increíble que no le puedan echar el guante a uno de los personajes más corruptos que ha tenido México…
Por lo pronto, el cacique mayor duerme tranquilo y sus 36 peleles están a la espera de que la barredora no les llegue.
Pues eso