Ciudad de México. Una de las mayores problemáticas en el balompié mexicano “es que el reclutamiento de los jugadores ha pasado a segundo término.
Los equipos están plagados de jóvenes que llegaron ahí por compadrazgos o por entregar cuotas económicas, mientras los más habilidosos, la mayoría de las veces, se quedan sin oportunidades”, señaló el visor de talentos Ángel Coca González, quien descubrió a futbolistas como Cuauhtémoc Blanco, Hirving Chucky Lozano y Héctor Herrera, entre otros.
Explicó que en otras épocas, los clubes mexicanos analizaban a cerca de 2 mil jugadores al año, mientras hoy en día prueban a alrededor de 250 en ese mismo lapso.
“Actualmente ningún equipo realiza un verdadero visoreo, con seriedad, como antes, cuando íbamos a buscar jugadores a las canchas llaneras, ahora todo es por compromisos personales o porque las familias pagan considerables sumas.
“En ciertos equipos, como Monterrey, Pachuca, América, se analiza a cerca de 20 prospectos cada mes, y eso en realidad es muy poco. Entre más jugadores se vean, hay más posibilidades de encontrar a los talentos. También hay algunos otros, como el Mazatlán, que observan a los chicos por sólo tres días, y en ese tiempo tan corto no se puede apreciar bien si tienen o no las cualidades necesarias”, comentó.
Venta de registros
Indicó que aunado a esta situación, hay equipos “como Pumas, que desde hace años se sabe que venden los registros, así como Cruz Azul. En Pachuca, por ejemplo, acaban de quitar a todos sus visores porque estaban pidiéndole dinero a los chavos por entrar a las evaluaciones. En todos los clubes, de alguna u otra manera, existe eso”.
Otro de los mayores errores de los dueños y los presidentes de los clubes, agregó, “es que permiten que los entrenadores hagan y deshagan los planteles a su gusto. No hay director de fuerzas básicas ni coordinador de visorías, ellos llevan a sus allegados o a los chicos con los que ya tienen ciertos compromisos, y en realidad no cuidan los intereses del plantel, sino los suyos.