Danna Palmeros
Minatitlán, Ver. Visiblemente sereno y sin remordimiento se vio ayer a Francisco Pozos Pineda, único detenido por el asesinato de María del Pilar Pineda López, su propia madre a la que arrebató la vida en medio de un litigio por herencia.
A “Paco”, lo trasladaron elementos ministeriales del Centro de Reinserción Social (CERESO) Duport Ostión al Juzgado Cuarto, dando inicio a la primera audiencia formal por el feminicidio en agravio de la empleada petrolera.
La presentación tuvo una duración promedio a las cinco horas, para después llevar de vuelta al CERESO al sujeto del que no se descarta haya trabajado en complicidad de otras personas.
Y es que, según la confesión del presunto culpable: asesinó, desmembró y calcinó los restos de su madre en lo que ahora se sabe era una disputa por una serie de bienes materiales.