Juan Manuel Jiménez García.
Las Choapas, Ver.
Rancho Lobo, colonia irregular que carece de los servicios básicos pero que se encuentra a solo 10 minutos del centro de la ciudad, ha sido ignorado por trabajadores del Programa Federal Bienestar.
En esta colonia vive Matías López Palma de 91 años de edad y su esposa Anastasia Collado Alejandro de 92 años, habitan una humilde vivienda hecha con láminas de zinc, cartón y palos, el piso es de tierra y no cuentan con un sanitario digno, son cuidados por sus hijas que hacen todo lo necesario para que no les falte nada.
Anastasia permanece acostada o sentada en una cama, ha perdido la vista y tiene que usar pañales para adulto, mientras que su esposo todavía demuestra un poco de fuerza y se atreve a dar unos pasos por el patio de la casa, ha perdido la capacidad de escuchar, pero esto lo suple con su objetividad para ver las cosas.
En este lugar no han acudido los Siervos de la Nación para censar a estas personas, sus hijas han acudido a los módulos de atención que se colocan en el parque, donde le han dicho que tienen que venir los interesados, es decir realizar un traslado de estas personas de más de 90 años y a decir de sus familiares eso sería un poco riesgoso.
“Mis padres no pueden estar mucho tiempo en la calle, ya no pueden caminar y menos estar bajo el sol, no creo que sea posible hacer eso”, relato una de sus hijas que cuidan a estos abuelitos.
Los familiares de Anastasia y Matías dicen que estuvieron en el Programa Prospera, pero esperan que la continuación sea de manera automática y que puedan contar con el apoyo, ya que sirve para comprar medicamentos y alimentos para ellos.
“Somos varios hermanos y entre todos nos ayudamos para atenderlos, unos estando con ellos y otros aportando en lo económico, pero en ocasiones no es suficiente y por eso hacemos el llamado de que sean censados nuestros padres”.
Las hijas de estas personas de la tercera edad, han tenido que dejar sus hogares para cuidar de sus padres, algunas son de otros estados como Chiapas y Tabasco o de municipios cercanos como Coatzacoalcos.
Por último, señalan que sus progenitores en verdad necesitan el apoyo y piden la comprensión de los jóvenes que realizan los censos.