Coatzacoalcos, carente de dirección y actos de buen gobierno, dirige su fuerza pública mediante provocadores que golpean a prensa y manifestantes.
Javier Pulido Biosca
Revista Raíces
El gobierno municipal de Coatzacoalcos carece de toda dirección y responde exclusivamente a los dictámenes represivos que son característicos de un gobierno fallido.
Tal caso se evidenció en la colonia Trópico de la Rivera casi a la 1 de la tarde del pasado miércoles 15 de julio, cuando una horda de fuerzas represoras, uniformadas y cuya atención expedita respondía a la solicitud de Arturo Quintanilla Hayek, propietario de un “centro cultural” que adquirió el histórico edificio de la que fuera la Sociedad Mutualista de Artesanos y quien se ostenta como dueño de esos terrenos.
Para que estas fuerzas represoras hicieran su labor de violencia contra de los ocupantes del predio, sin que haya sido exhibida la orden de un juez para practicar esta diligencia, y pudieran hacerlo justo al medio día, era necesario desalojar a la prensa, cuya función social es denunciar todas estas transgresiones a un sano ejercicio de la ley y el fomento de una cultura de paz.
En ese zipizape fue golpeado el fotógrafo Sergio Balandrano Casas quien, en su profesionalismo, pudo registrar el rostro y las actitudes del delincuente que le golpeó, lo que le sirvió de evidencia para la demanda interpuesta ante el ministerio público.
DOS PREGUNTAS
Siendo el gobierno municipal de Coatzacoalcos tan incapaz para dar seguridad a los habitantes del municipio y las fuerzas policíacas tan limitadas para prestar este servicio, ¿por qué atendieron la exigencia de Arturo Quintanilla de manera tan expedita?
No sabemos cómo es posible que un sujeto que se ostenta como propietario de un enorme predio que hasta hace poco era propiedad federal, de repente llegara a poseerlo con pretendidas escrituras tan contundentes que las fuerzas represoras pudieran moverse incondicionalmente.
Golpeador municipal protegido por las fuerzas públicas, evidencia de que responden al mismo amo
Golpeador municipal protegido por las fuerzas públicas, evidencia de que responden al mismo amo
Es claro que no hay mucha transparencia en esto, ya que en estos días el poder judicial está de vacaciones y los jueces no laboran sino hasta el 3 de agosto, en consecuencia no se ve claro cómo pudo haber surgido la orden de desalojo.
La única explicación es que quien se dice propietario del predio y que tiene ese centro “cultural” para lavar su imagen –y tal vez algunos millones de pesos– dirigió algunos de esos dineros culturales para hacer posible la violencia contra de los llamados “invasores”.
EL MITIN DE LA DEFENSA DE LOS PETROLEROS
Ante las decisiones contrarias a la estabilidad laboral del gremio petrolero, que se suma a la situación que afecta a maestros, empleados de todo tipo y a la gran mayoría de las familias mexicanas, la Unión Nacional de Técnicos y profesionistas, UNTYPP, adicionada con la Coordinadora por la Defensa del Petróleo y otras muchas organizaciones más, se llevó a cabo una marcha por Coatzacoalcos.
Era un paso más para unificar los muchos grupos inconformes con lo que sucede en el país. Incluso se vio en el evento a la diputada federal electa, Rocío Nahle García, quien se sumó, como representante legislativo de la ciudadanía en la zona.
Pero las fuerzas represoras introdujeron una caterva de sujetos vestidos de civil cuya función era crear violencia. A esto se adicionaron los siempre presentes grupos de choque administrados por el H. Ayuntamiento, en cuya nómina cobran el dinero que se escatima a profesionistas y servicios. Estaban prestos a atacar cuando un pequeño sujeto subió al estrado para provocar a los manifestantes y lo consiguió.
Unos se enardecieron, gritaron y se molestaron, esperando que surgiera el momento propicio para que los grupos de choque entraran en función, pero los organizadores, expertos ya en movilizaciones sociales, pudieron mantener la calma aún cuando no pudieron evitar la salida de algunos grupos de la CTM, que ya esperaban el momento ideal para violentarse porque, aun siendo obreros afectados por sus voraces líderes son el combustible que los mantiene vigentes.
