La ineficiente obra se realizó ‘con un remanente’ de medio millón de pesos, aunque no es funcional y el presupuesto fue ‘inflado’.
Alfredo Santiago H.
Agua Dulce, Ver.
Era el año 2016 y Agua Dulce era gobernado por Daniel Martínez González, cuando a su Director de Obra Pública, Agustín González Córdova -a la postre aspirante a candidato del PRI por la Alcaldía-, se le ocurrió construir una obra que denominó como ‘monumento a la arquitectura moderna’, pero que es mejor conocida por los hidrómilos como ‘la puerta de Alcalá’ o ‘el arco del triunfo de Daniel’.
Pues a menos de tres años dicha obra se cae a pedazos debido a la mala calidad de los materiales utilizados y la ineficiente construcción supervisada por el propio González Córdova, quien señaló que esta obra se realizó ‘con un pequeño sobrante del presupuesto de 500 mil pesos’.
Consultando a distintos bufetes de arquitectos, estos estimaron que la obra no tiene un valor de construcción de medio millón de pesos, además de considerar que esta obra es ‘fea e inoperante’, en pocas palabras ‘un recurso tirado a la basura’ que sirve para nada.
NI SIQUIERA BRINDA SOMBRA
Este espacio que bien podría haber servido para que se resguardaran del sol o la lluvia los cientos de estudiantes que entran al turno vespertino en la Secundaria General Uno, la obra está diseñada de tal forma que no brinda ni siquiera sombra.
Algunos reconocidos hidrómilos, representantes de sectores sociales y empresariales, propusieron en su momento que el espacio se adecuara para reubicar la estatua de Benito Juárez, instalada en una rotonda al otro lado del ‘arco del triunfo’.
Lo anterior con la finalidad de reducir la glorieta y de esta forma resolver un poco el tráfico que se genera en este punto en horas pico, pues convergen calles en cinco direcciones y es necesario más espacio, tanto para vehículos particulares como autobuses de pasajeros y unidades pesadas.