Tendencias • 11 Enero 2013 – 1:17pm — Notimex
El primero en tomar la palabra fue Giani, conocido por ser el jefe de los guardaespaldas papales, quien expresó el orgullo de todos sus subordinados por servir, “en las sombras”, al líder máximo de la Iglesia católica.
Ciudad del Vaticano • El Papa Benedicto XVI concedió hoy una audiencia privada a los miembros de la Gendarmería Vaticana, el cuerpo policial que estuvo en el ojo del huracán durante casi todo 2012 a causa del escándalo por el “vatileaks”.
La cita tuvo lugar esta tarde en la Sala Clementina del Palacio Apostólico y, según informó una nota de la sala de prensa de la Santa Sede, el pontífice manifestó “su ánimo y gratitud” a los uniformados “que debieron responder a desafíos particularmente gravosos”.
Aunque en la audiencia no se utilizó la palabra “vatileaks”, tanto el Papa como el director de la Gendarmería, Domenico Giani, hicieron referencia a los “tiempos difíciles” a causa del robo y la filtración a la prensa de cientos de documentos confidenciales del líder católico.
El primero en tomar la palabra fue Giani, conocido por ser el jefe de los guardaespaldas papales, quien expresó el orgullo de todos sus subordinados por servir, “en las sombras”, al líder máximo de la Iglesia católica.
“Estoy seguro de interpretar el pensamiento de todos nosotros, al afirmar que lo que sentimos de encontrarnos verdaderamente en la casa de un padre que acoge los sentimientos sinceros, las tensiones, las ansias, pero sobre todo la fidelidad y el amor con el cual apreciamos cada instante de nuestro actuar a tutela de su persona”, dijo.
“Y si bien no han faltado dificultades, todo ha sido siempre aceptado y vivido en la fidelidad a nuestra misión de servicio del sucesor del apóstol Pedro”, agregó.
En 2012, Giani fue uno de los protagonistas del escándalo desatado por la publicación en la prensa de los documentos robados de los aposentos papales por el mayordomo Paolo Gabriele, procesado, hallado culpable, condenado y finalmente perdonado por el Papa.
Primero fue blanco de algunas de las informaciones filtradas por “el cuervo”; luego le tocó investigarlo, descubrirlo y arrestarlo; finalmente recibió acusaciones de “malos tratos” por parte del detenido, por las cuales se abrió un expediente especial.
En parte por ello y tras un año difícil, Benedicto XVI quiso arropar a quienes llamó “queridos gendarmes” y “ángeles custodios”.
“Esta circunstancia me ofrece la oportunidad de expresarles con intensidad de sentimientos mi estima, mi vivo ánimo y sobre todo mi profundo reconocimiento por el generoso trabajo que desarrollan con discreción, competencia, eficiencia y no sin sacrificio”, señaló en su discurso.
De manera sutil, el Papa deslizó dos instrucciones precisas: les pidió que traten “con gentileza” a los peregrinos que llegan al Vaticano e insistió en la necesidad de mantener un ambiente interno de confianza, puesto a prueba durante el año pasado.
“Es necesario que lo gendarmes, que garantizan el servicio en el seno del cuerpo y los responsables del comando, favorezcan cada vez más relaciones de confianza capaces de sostener y animar a todos los miembros de la Gendarmería Vaticana, también en los momentos difíciles”, apuntó