El escualo casi le arranca el brazo derecho a un pescador cuando capturaba huachinango.
Cárdenas, Tabasco
Un pescador estuvo a punto de perecer entre las mandíbulas de un tiburón alecrín, uno de los géneros de escualos más agresivos del Golfo de México, cuando en alta mar trató de subirlo a una lancha de fibra de vidrio y el escualo lanzó un ataque que por poco le arranca la mano derecha o lo arroja al mar.
“El animal de aproximadamente cien kilos ya se había tragado el anzuelo y había forcejeado para zafarse del grueso cordel y se encontraba en el costado izquierdo de la embarcación”, explicó Andrés Ovando Rodríguez, de 32 años de edad, quien requirió de 40 puntos de sutura interna y externa.
Explicó que apoyado por dos acompañantes y sujetándolo por las agallas, quiso subirlo a la embarcación, pero que al no lograrlo, trató de colocarle un lazo cerca de la cabeza, y fue entonces cuando el tiburón tiró mordidas con sus equipadas mandíbulas y logró alcanzarle la mano derecha.
Afortunadamente, agregó, logró zafar su extremidad antes de que el escualo se la hubiera cercenado o lo hubiera arrastrado hacia el agua, y al comenzar a sangrar profusamente, sus asustados compañeros cortaron el cordel para liberar al tiburón y navegaron hacia el puerto para pedir auxilio.
“¡Cuidado hijo, corta el cordel!”
Ovando Rodríguez, casado y con tres hijos, narró que desde las 6 de la mañana salieron en una lancha W-25, a la pesca de huachinango, en una zona ubicada frente al ejido El Alacrán, a unas 23 millas marinas de la costa, donde hasta las 13:00 horas todo estaba tranquilo.
Destacó que justo a unos cinco metros de distancia emergió el escualo de casi dos metros de largo y se colocó muy cerca del motor y escuchó que su compañero le gritó: ¡Cuidado hijo, corta el cordel! Sintió un jalón en el brazo derecho, el animal saltó, pegó en la lancha y se alejó.