Omar Vázquez Valencia
Cosoleacaque, Ver.
Dado al desmesurado crecimiento de la delincuencia organizada calles y colonias de Minatitlán y Cosoleacaque, empiezan a lucir abandonadas y con las huellas que deja el crimen que expandió sus redes al “cobro de piso”.
Dichos episodios se extienden, al municipio de Jáltipan de Morelos, donde en días recientes se dio el cierre de al menos tres locales comerciales en diferentes puntos al recibir las amenazas en el sentido que “tenían que atorarle” al pago mensual por “protección”.
Sin miedo o pudor alguno, emisores de la delincuencia se acercan a los comercios y preguntan por “el jefe”, de quien al no encontrarse o negarse la presencia, dejan recados impresos e intimidatorios.
Tan solo en Minatitlán, en los últimos meses, han sido tres los hechos violentos en los que sujetos armados y en moto, llegan al comercio que se negó a pagar “cuota” y balean fachadas como un acto intimidatorio contra de los propietarios.
Pese a la presencia de tres batallones de infantería de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), las bases de la Policía Esatal y Municipal, nada ni nadie detiene a los sicarios que junto a la pandemia por el Covid-19, se han enfrascado en el cierre de locales cuando no obtienen un beneficio económico.
Apenas el pasado viernes 25 de septiembre, un par de individuos arrojó una “bomba molotov”, contra de una tortillería asentada en calle Ejército Mexicano, del Barrio Primero, en Cosoleacaque, lo que dejó el incendio del lugar y severos daños materiales.
En este último y más reciente caso, el móvil del atentado fue por el tema de la extorsión, situación que llevó al propietario a ya no abrir el sitio que hasta hoy luce con las afectaciones y desolado.
Por ende, este nuevo cierre causó la baja de empleados que de manera directa se sostenían del negocio, sin dejar de lado los trabajos indirectos que producía.
Aunque el Gobierno Estatal de Cuitláhuac García Jiménez, se aferra a citar un descenso en materia delictiva, e incluso de extorsión, el panorama que impera en la zona sur es muy diferentes a lo que el mandatario trata de reflejar en sus desatinadas declaraciones.
“La cuota” ha orillado a médicos, comerciantes, empresarios entre otros, a cerrar sus consultorios o negocios para huir de Veracruz y refugiarse en diferentes puntos de la entidad federativa por el riesgo de muerte que corren a manos de la delincuencia organizada.
Grupos delictivos que siguen en una lucha por mantener el poder de la distribución de droga, secuestros y extorsión, lo que se refleja en los más de cinco asesinatos reportados en ataques directos ocurridos tan solo en el mes de septiembre en dicha región como parte de las venganzas por territorios entre mafiosos.
Lucha que se consolida en estadísticas de la Fiscalía, basadas en carpetas de investigación que nunca son resueltas.