¿Cómo acabará nuestro sistema solar? Un planeta lejano ofrece pistas

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Un gigante gaseoso que orbita alrededor de una estrella quemada predice lo que puede ocurrir aquí dentro de unos 5,000 millones de años, según los investigadores.

Un planeta oscuro que rodea el débil residuo de una estrella calcinada a unos 6,000 años luz de la Tierra revela cómo podrá lucir nuestro sistema solar al final de su existencia, afirman los astrónomos.

Este superviviente distante, descrito en un estudio publicado la semana pasada en la prestigiosa revista Nature, parece ser un gigante gaseoso similar a Júpiter y proporciona una imagen de un sistema planetario alrededor de una estrella moribunda, según los autores de la investigación.

La estrella es una “enana blanca”, los restos estelares brillantes que quedaron de la muerte de su fase de “gigante roja”, cuando se expandió decenas de miles de veces tras haber agotado el combustible de hidrógeno para sus reacciones de fusión nuclear, y colapsó unos cientos de millones de años después.

Es posible que los planetas más cercanos a la estrella hayan sido destruidos, y es probable que el mismo destino le ocurra a nuestro mundo cuando el Sol queme todo su hidrógeno dentro de unos 5,000 millones de años.

“Cuando el Sol se expanda en lo que se conoce como su fase de gigante roja, es probable que borre a Mercurio y Venus, y posiblemente a la Tierra”, afirma el autor principal del estudio, Joshua Blackman, astrónomo de la Universidad de Tasmania en Australia.

Mucho antes, el Sol se habrá calentado demasiado para que haya vida en la Tierra. Su fase de gigante roja provocará lagos de lava, continentes rotos y explosiones devastadoras de intensa radiación ionizante, si es que no fragmenta por completo nuestro planeta, explicó Blackman en un correo electrónico.

Pero no todo son malas noticias: se espera que Marte y los gigantes gaseosos exteriores (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) sobrevivan a la combustión del Sol. La detección del planeta lejano orbitando una enana blanca refuerza esa idea.

“Nuestro descubrimiento prueba que probablemente es correcta la imagen estándar de cómo evolucionan los sistemas planetarios cuando muere su estrella”, aseguró Blackman.