Las calaveritas literarias son parte de la tradición mexicana, especialmente durante la época de Día de Muertos.
Utilizadas sobre todo para satirizar a personajes célebres o políticos, así como para mostrar desaprobación o disgusto antes las autoridades, al idear y escribir estos versos es primordial el uso de la burla o ironía
Características
- En su composición se resalta el verso tratando a la persona como si estuviera muerta o se dedica a la que ya falleció. En su mayoría, las calaveras suelen acompañarse de ilustraciones sobre el texto e imágenes que recuerden a la muerte.
- Generalmente se trata de un epigrama, es decir, “una composición poética breve que expresa un pensamiento principal festivo o satírico de forma ingeniosa”.
- El hilo conductor de la calaverita literaria tiene que ser un personaje o hecho político, social o cultural.
- Se debe escribir jocosa y creativamente acerca de las personas “retratadas” y haciendo alusión a su muerte de forma burlesca.
- Debe ser escrita en estrofas de cuatro versos denominadas cuartetas. Preferiblemente cuatro o cinco.
- Son composiciones con rima consonante, que se produce entre dos o más versos distintos, cuando las sílabas de sus últimas letras coinciden a partir de la vocal acentuada.
- Deben ser de métrica constante, siendo la más usual la de los versos de ocho sílabas (octosílabos), los más usados en los versos populares y en las canciones mexicanas como los corridos.
Ejemplo de calaverita literaria:
Esa doña Elvira, anda enferma y no se cuida,
Si continúa así con su salud, pronto llegará al ataúd.
Clodomiro era asiduo al vino,
Y un día de tanto vino que tomó,
La llorona tilica se lo llevó.
El para evitarlo de su vino le ofreció,
Pero ella le dijo, no tomo vino,
Y le dijo que ella solo vino por él,
Y que se lo llevaría aunque pesara un tonel.
Roberto era un tuerto,
Que siempre andaba por el puerto,
Un día lo contrataron en un barco,
Y a la mar se hicieron.
Cuando partieron el vio en el puerto,
A la catrina que le hablaba,
Y por huir de la muerte,
Tomó el timón el impertinente,
Dando vuelta al barco de repente.
Como no veía de un lado,
Se fue a estrellar al vado,
Haciendo que el barco se callera de lado,
Aplastando a toda la gente.
En eso llegó la muerte,
Y le dijo de repente,
yo hoy no venía por ti,
pero por ser tan imprudente,
te llevaré junto a toda la gente.
Yo te hablaba para salvarte,
Pues hoy no debía tocarte.
Pero por lo que has hecho,
Al hoyo vas derecho